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La psicosis no es una enfermedad en sí misma, sino un estado psicológico en el que la persona experimenta una alteración profunda en su forma de percibir y comprender la realidad. Es uno de los motivos principales por los que, históricamente, se ha utilizado la palabra “locura”.
Durante un episodio psicótico, la frontera entre el mundo interno y el externo puede volverse difusa.
¿Qué se vive durante una psicosis?
Desde fuera, la psicosis puede parecer desconcertante. Desde dentro, suele ser intensamente real y emocionalmente abrumadora.
Algunas experiencias frecuentes incluyen:
Escuchar voces que otros no oyen
Creer firmemente ideas que no coinciden con la realidad compartida.
Sentir que el entorno tiene mensajes ocultos.
Percibir amenazas constantes.
Vivir una confusión profunda sobre la propia identidad
Es importante entender que la persona no está “fingiendo” ni eligiendo creer esas ideas. Para ella, lo que vive es auténtico.
Síntomas principales de la psicosis.
En divulgación se suelen agrupar en tres grandes áreas.
Alteraciones de la percepción: Voces, imágenes o sensaciones inexistentes para otros.
Hipersensibilidad a sonidos, luces o estímulos.
Alteraciones del pensamiento: Ideas delirantes (creencias firmes sin base real)
Pensamiento desorganizado.
Dificultad para seguir una conversación.
Alteraciones emocionales y conductuales:
Miedo intenso.
Desconfianza extrema.
Aislamiento.
Conductas extrañas o incomprensibles.
No todas las personas presentan todos los síntomas, ni con la misma intensidad.
¿Por qué aparece la psicosis?
La psicosis no tiene una única causa. Suele surgir por la combinación de varios factores:
Vulnerabilidad biológica
Estrés extremo o prolongado.
Experiencias traumáticas.
Falta de sueño grave.
Consumo de ciertas sustancias.
Aislamiento emocional.
En muchas personas, la psicosis aparece tras un colapso psicológico, cuando la mente ha sido llevada más allá de sus límites de tolerancia. (método Rosita)
Psicosis y sufrimiento: una lectura humanista
Desde una mirada humanista, la psicosis puede entenderse como un intento desesperado de la mente por dar sentido al caos interno.
Cuando el dolor es insoportable y no encuentra palabras, la mente crea narrativas, símbolos y explicaciones. Lo que parece “delirio” puede ser, en el fondo, una forma extrema de supervivencia psíquica.
Esto justifica la psicosis, pero la humaniza.
¿Tiene tratamiento? ¿Hay recuperación?
Sí. Y este mensaje es fundamental.
Con:
Atención profesional temprana.
Apoyo psicológico.
Tratamiento médico cuando es necesario.
Acompañamiento humano y social.
Muchas personas se recuperan, se estabilizan y reconstruyen su vida.
La psicosis no define a la persona. Es una experiencia, no una identidad.
Desmontando mitos comunes:
La psicosis no implica violencia.
No significa falta de inteligencia.
No es irreversible en la mayoría de los casos.
No convierte a alguien en “peligroso”.
El mayor daño suele venir del estigma, no del trastorno en sí.
Quizá la pregunta no sea solo ¿qué es la locura?, sino qué nos dice sobre los límites del sufrimiento humano.
La psicosis nos recuerda que la mente necesita cuidado, vínculo y sentido.
Entenderla no nos aleja de la humanidad: nos acerca a ella.
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