En publicaciones anteriores hablamos sobre la importancia tener información sobre las conductas de fuga en el autismo y algunas recomendaciones sobre qué podemos hacer (las puedes leer AQUÍ). En la de hoy, vamos a profundizar aún más en esta temática destacando la importancia de la formación de las personas que cuidan a los niños y niñas con autismo para conseguir mantener su seguridad. Y lo escribo tras la conmovedora lectura de un artículo de José Daniel Espejo, periodista y papá de un niño con autismo de once años (“una de las personas más amorosas y curiosas, también indómita, que ha pisado nunca el planeta” le describía con ternura) que falleció desgraciadamente al subir a jugar a una azotea.
En países como Canadá las lesiones prevenibles son la mayor causa de muerte en personas menores de 45 años. Pero si a esa ecuación le añadimos el autismo, una persona autista tiene dos o tres veces la probabilidad de tener una lesión prevenible.
Los datos indican que los niños y niñas con autismo son especialmente propensos al envenenamiento, la asfixia y a la deambulación, que pueden finalizar en muerte por accidente de coche o ahogamiento.
Con frecuencia estos niños y niñas necesitan ser formados en habilidades de seguridad mediante una enseñanza explícita que incremente la posibilidad de utilizar estas habilidades de una forma efectiva en diferentes entornos y con diferentes personas.
Enseñar habilidades de seguridad a niños y niñas con autismo a una edad temprana es de suma importancia. Sin embargo, la investigación preliminar sugiere que las personas que les cuidan no se sienten cómodos enseñando estas habilidades de seguridad debido a su falta de conocimiento o experiencia .
Un modelo para enseñar a los niños con autismo
El entrenamiento de habilidades conductuales (BST) es una estrategia comúnmente utilizada para enseñar una variedad de habilidades a personas con discapacidades. Esto puede incluir habilidades, como aprender a solicitar ayuda, qué hacer al encontrar un elemento punzante o reducir los riesgos de un secuestro.
La investigación sugiere que el modelo BST procura que la persona que se está formando no solo comprenda la nueva habilidad sino que también puede realizarla con precisión.
Este modelo consta de una serie de pasos sencillos que serían:
1. Instrucciones
2. Modelado
3. Ensayo
4. Retroalimentación
Primero, el formador proporciona instrucciones verbales o escritas sobre cómo completar la habilidad, y una breve explicación y posteriormente modela la habilidad al proporcionar una demostración precisa. A continuación, el capacitador brinda al alumno o alumna la oportunidad de practicar la habilidad y le ofrece comentarios en forma de elogios descriptivos si completa la habilidad con precisión. Si no es así, el formador ofrece feedback correctivo. Estos últimos pasos se repiten hasta que el alumno pueda ejecutar con precisión la habilidad.
Precisión y claridad de las instrucciones
El primer paso para enseñar habilidades de seguridad es seleccionar el comportamiento que le gustaría enseñar (por ejemplo, qué hacer cuando un niño o niña se pierde). El siguiente momento consiste en describir las instrucciones que se utilizarán al implementar esta práctica.
Es importante que las instrucciones sean claras y concisas, por ello se recomienda dividir la habilidad en tres o menos pasos. Por ejemplo, cuando les enseñamos a los niños o niñas qué hacer si se pierden o se separan de su cuidador, les enseñamos a:
(1) llamar al cuidador,
(2) encontrar a una persona adulta,
(3) decirle a la persona adulta que están perdidos.
O dicho de otra manera, les hacemos explícito a los niños y niñas con autismo qué tienen que hacer ante las situaciones ya que nunca podemos dar por hecho de que saben lo que tienen que hacer ante esa situación, independientemente de su capacidad cognitiva o de su habilidad social.
Una vez que se hayan determinado las instrucciones, es importante asegurarse de tener todos los materiales necesarios, por ejemplo, accesorios para practicar. Además, nos aseguraremos de que el entorno facilite adecuadamente el aprendizaje para que el niño o niña con autismo, eliminando las distracciones cualquier distracción.
5 pasos a seguir
Los siguientes pasos se pueden aplicar a la enseñanza de diferentes habilidades de seguridad.
1. Proporciona instrucciones relevantes y sencillas, divididas en pasos. Por ejemplo: “A veces, cuando estamos en el supermercado, podemos separarnos, lo que puede dar miedo. Si esto sucede, quiero que hagas tres cosas. Primero, llámame en voz alta. Luego, si no respondo, busque un trabajador. Luego, dile a un trabajador: «Estoy perdido».
2. Modela la habilidad para el niño o la niña, primero llamando su atención y luego demostrando los tres pasos en un escenario simulado: «Supongamos que estas en supermercado y me separo de ti».
3. Le pedimos al niño o la niña que practique los tres pasos.
4. Proporciona comentarios basados en su desempeño. Por ejemplo, si la niña te llama pero en voz baja, puedes decir: «Lo estás haciendo bien pero dímelo más alto».
5. Continúa practicando y retroalimentando al niño o niña hasta que estés seguro de que puede realizar la habilidad.
Práctica en entorno natural
Es importante practicar de vez en cuando estas habilidades donde realmente va a ser necesaria: en los en entornos públicos.
Por ejemplo, ¿puede el niño o niña realizar la habilidad si se aleja en una tienda de ropa? Como precaución de seguridad, haga que alguien “encubierto” también vigile al niño y vea si está realizando los pasos apropiados.
Si el niño no lo hace, es el momento de volver a explicar y repetir hasta asegurarse del éxito.
Si los cuidadores practican la enseñanza de habilidades básicas de seguridad utilizando estos pasos en casa y en la escuela con los niños y niñas con autismo, pueden ayudarles a mantenerse seguros ante situaciones peligrosas.
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