La pérdida de la memoria y otros síntomas de demencia
Si bien los síntomas de demencia varían mucho, al menos dos de las siguientes funciones mentales básicas deben verse significativamente afectadas para que se consideren demencia:
Memoria
Comunicación y lenguaje
Capacidad de concentrarse y prestar atención
Razonamiento y juicio
Percepción visual
Las personas con demencia pueden tener problemas con la memoria a corto plazo, como saber dónde se encuentra la cartera o billetera, pagar las cuentas, planificar y preparar comidas, recordar citas o viajar fuera de su vecindario. Los síntomas de demencia son progresivos, lo cual significa que las señales de deterioro cognitivo empiezan lentamente y empeoran gradualmente con el paso del tiempo, llevando a la demencia. Si usted o un ser querido experimenta dificultades con la memoria u otros cambios en las habilidades del pensamiento, no lo ignore.
Consulte rápidamente a un médico para determinar la causa. Una evaluación profesional puede detectar una afección tratable. E incluso si el síntoma sugiere demencia, el diagnóstico temprano le permite a una persona aprovechar al máximo los tratamientos disponibles y brinda una oportunidad para participar voluntariamente en ensayos o estudios clínicos. También ofrece tiempo para planificar para el futuro.
Más información: 10 signos de advertencia y Etapas del Alzheimer
Muchas personas tienen problemas de pérdida de memoria y esto no significa que tengan Alzheimer u otro tipo de demencia. Existen muchas causas distintas de problemas de memoria. Si usted o un ser querido experimentan síntomas preocupantes, consulte a un médico para conocer los motivos. Algunas causas de síntomas similares a los de la demencia pueden revertirse.
Causas
La demencia es causada por daños a las células del cerebro. Este daño interfiere con la capacidad de las células cerebrales de comunicarse entre ellas. Cuando las células del cerebro no pueden comunicarse normalmente, el pensamiento, el comportamiento y los sentimientos se ven afectados.
El cerebro tiene muchas regiones distintas y cada una es responsable de distintas funciones (por ejemplo, la memoria, el juicio y el movimiento). Cuando se dañan las células de una región en particular, esa región no puede desempeñar esas funciones normalmente.
Distintos tipos de demencia se asocian con tipos específicos de células del cerebro en ciertas regiones del cerebro. Por ejemplo, en la enfermedad de Alzheimer, los niveles elevados de ciertas proteínas dentro y fuera de las células cerebrales dificultan que las células cerebrales se mantengan sanas y se comuniquen entre sí. La región del cerebro llamada hipocampo es el centro del aprendizaje y la memoria en el cerebro, y las células del cerebro en esta región con frecuencia son las primeras en sufrir daños.
Es por eso que la pérdida de memoria es uno de los síntomas más tempranos del Alzheimer. Si bien la mayoría de los cambios en el cerebro que causan demencia son permanentes y empeoran con el tiempo, los problemas relacionados con el pensamiento y la memoria causados por las siguientes afecciones pueden mejorar cuando se trata o aborda la afección:
Depresión
Efectos secundarios de medicamentos
Abuso de alcohol
Problemas tiroideos
Deficiencias vitamínicas
Diagnóstico de demencia
No existe una prueba única que determine si una persona tiene demencia. Los médicos que diagnostican el Alzheimer y otros tipos de demencia se basan en antecedentes médicos, un examen físico, pruebas de laboratorio y los cambios característicos en el pensamiento, las funciones cotidianas y el comportamiento asociado con cada tipo. Los médicos pueden determinar que una persona tiene demencia con un alto nivel de certeza. Pero es más difícil determinar el tipo exacto de demencia porque los síntomas y los cambios en el cerebro de diferentes demencias pueden superponerse. En algunos casos, un médico puede diagnosticar «demencia» y no especificar el tipo. Si esto ocurre, puede ser necesario ver a un especialista, como un neurólogo o un geropsicólogo.
Tratamiento y cuidados de la demencia
El tratamiento de la demencia depende de su causa. En el caso de las demencias más progresivas, incluida la enfermedad de Alzheimer, no existe una cura ni un tratamiento que ralentice o detenga su avance. Los medicamentos actuales no curan el Alzheimer, pero dos tratamientos — aducanumab (Aduhelm™) y lecanemab (Leqembi™) (enlace solo disponible en inglés) — demuestran que la eliminación de la beta-amiloide, una de las características de la enfermedad de Alzheimer, en el cerebro reduce el deterioro cognitivo y funcional en las personas que viven con el Alzheimer temprano. Los mismos medicamentos usados para tratar el Alzheimer se encuentran entre los fármacos que a veces se recetan para mejorar los síntomas de otros tipos de demencia. Los tratamientos sin medicamentos también pueden aliviar algunos síntomas de la demencia.
Finalmente, para allanar el camino hacia nuevos tratamientos efectivos para la demencia se necesita más financiación para la investigación y más participación en estudios clínicos. Ahora, se necesitan voluntarios urgentemente para participar en más de 180+ estudios y ensayos clínicos en fase de reclutamiento activo sobre el Alzheimer y otros tipos de demencia relacionados (en inglés).
Riesgo y prevención de la demencia
Algunos factores de riesgo para la demencia, como la edad y la genética, no se pueden cambiar. Pero los investigadores siguen explorando el impacto de otros factores de riesgo en la salud del cerebro y la prevención de la demencia. Algunas de las áreas más activas de investigación en reducción de riesgos y prevención incluyen factores cardiovasculares, aptitud física y dieta.
Factores de riesgo cardiovascular. El cerebro es alimentado por una de las redes de vasos sanguíneos más grandes del cuerpo. Cualquier cosa que dañe a los vasos sanguíneos en cualquier lugar del cuerpo puede dañar a los vasos sanguíneos en su cerebro, privando a las células del cerebro del alimento y el oxígeno que necesitan para vivir. Los cambios en los vasos sanguíneos del cerebro están relacionados con la demencia vascular. Con frecuencia están presentes junto con los cambios causados por otros tipos de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer y la demencia con cuerpos de Lewy. Estos cambios pueden interactuar y causar un deterioro más rápido o agravar la discapacidad. También puede proteger su cerebro con algunas de las estrategias que protegen su corazón: no fume e intente mantener la presión arterial, el colesterol y el azúcar en sangre dentro de los límites permitidos, y mantenga un peso saludable.
Ejercicio físico. El ejercicio físico regular puede ayudar a bajar el riesgo de algunos tipos de demencia. Existen pruebas que sugieren que es posible que el ejercicio beneficie a las células del cerebro al aumentar el flujo de sangre y oxígeno al cerebro.
Dieta. Lo que come puede causar el mayor impacto en su salud cerebral a través del efecto que causa en la salud cardíaca. Las mejores evidencias actuales sugieren que los patrones de alimentación saludables para el corazón, como la dieta mediterránea, también pueden ayudar a proteger el cerebro. Una dieta mediterránea incluye relativamente poca carne roja y hace hincapié en los cereales integrales, las frutas, los vegetales, el pescado, los mariscos y los frutos secos, el aceite de oliva y otras grasas saludables.
Alzheimer´s Association
alz.org
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