Muerte por sobredosis: testimonio de un familiar

La muerte por sobredosis en personas de todo el mundo es un flagelo que causa un profundo dolor en miles de familias que no saben cómo afrontar esta realidad. De acuerdo con el Informe Mundial sobre las Drogas, presentado en junio de 2021 por Unodc (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), cerca de 275 millones de personas alrededor del mundo usaron el último año cualquier tipo de sustancia psicoactiva, mientras que 36 millones presentaron trastornos.

Desafortunadamente estas cifras continúan en aumento y cada día hay más casos de muerte por sobredosis, situaciones que dañan a miles de familias en el mundo. Por eso, hoy, en el Día Internacional de la Sensibilización sobre la Sobredosis, trajimos, con el propósito de crear conciencia entre las personas sobre los peligros de la droga, el testimonio de Camila, una mujer de 20 años quien durante su adolescencia vivió de cerca los horrores que la droga hizo en su hermano Andrés.

‘Él era un chico genial, tenía una personalidad efervescente, de esas personas que llegan a cualquier lugar y se convierten en el centro de atención. Era excelente en idiomas y le gustaba la literatura, siempre estaba escribiendo cosas, ideas, y pensamientos’.

El remolino emocional antes de la muerte por sobredosis
Sobredosis por drogas
Camila lo describe como un ser alegre y gracioso, sin embargo, esa percepción comenzó a cambiar un día cuando sin razón aparente, Andrés explotó en furia porque sus papás no le dieron dinero para irse de paseo con sus amigos.

‘Rompió sus cosas, le gritó a mi mamá y a mí me sacó de su cuarto cuando intenté calmarlo. Me extrañó mucho su actitud, pero pensé que estaba estresado porque hacía pocos días había roto con su novia’, recuerda Camila.

Pero el paso de los días no calmó a Andrés, al contrario, comenzó a aislarse, dejó de pasar tiempo con su familia e incluso con sus amigos habituales, comenzó a faltar a clases y a descuidarse a sí mismo. Casi no comía y se pasaba la noche en vela, escuchando música y escribiendo.

Camila y sus padres estaban preocupados, así que indagaron con sus compañeros de clase para ver si algo le pasaba, y fue cuando Jorge, uno de sus amigos más cercanos, les confesó su preocupación porque al parecer Andrés estaba consumiendo drogas.

Negarlo todo, una característica en común
‘Cuando lo confrontamos, lo negó todo y dijo que sólo estaba cansado por las clases, él estaba a punto de graduarse y quería entrar a la universidad para estudiar literatura. Mis papás comenzaron a controlarlo y eso lo enojó más. Le suspendieron su mesada y algunos privilegios, pero eso desencadenó en algo peor’. Andrés comenzó a dejar de ir a su casa a dormir, desaparecía por varios días y volvía con la ropa sucia, cada vez más delgado y sin decir ni una palabra.

Una tarde, Camila llegó a su casa y descubrió que algunos objetos de valor habían desaparecido, su computador, relojes, electrodomésticos y las joyas de su madre. ‘Me asusté mucho, pensé que se habían metido en casa y nos habían saqueado’.

Pero la realidad era otra, la cámara de seguridad del edificio grabó a Andrés y a otros dos chicos saliendo con todos los objetos que faltaban. ‘Fue muy doloroso para nosotros porque en el fondo guardábamos la esperanza de que volviera a ser el de antes, pero esto cambiaba todo’.

La desolación de las drogas
Lo buscaron por muchos lugares durante varios meses, pero no lo encontraron. ‘Ver a mi madre llorando cada día la ausencia de mi hermano, a mi padre desesperado buscando información, me dejó devastada. Un día, me llamó una amiga y me dijo que al parecer habían visto a Andrés cerca de un parque en el centro de la ciudad. Cuando llegamos, allí estaba, pero no era Andrés, era un ser apagado, enfermo, sumido en los efectos de quién sabe qué sustancias y lleno de golpes en su cara y en sus brazos’.

Lo llevaron a un hospital y allí estuvo por una semana, tenía heridas graves en su cuerpo y la recomendación de los médicos era internarlo en un centro de rehabilitación. Sin embargo, esa noche, Andrés se escapó del hospital y volvió a las calles.

El doloroso final que trae consigo la muerte por sobredosis
El final esperado muerte por sobredosis
‘No volvimos a saber de él hasta una mañana de domingo, cuando nos llamaron de una clínica muy lejos de allí para informarnos que Andrés había fallecido, nos dijeron que había sido muerte por sobredosis’.

Les dijeron que Andrés había llegado con muerte cerebral y que no pudieron hacer nada para salvarlo. ‘De esto han pasado 7 años y ya no me importa por qué decidió probar por primera vez las drogas o quién lo motivó, la única verdad que tengo es que él ya no está, que nos lo arrebataron de forma violenta y que ya no volverá. Es muy triste ver a quienes amas consumirse por las drogas, esa sensación de perderlo aun estando vivo es la que más duele. Me quedo con su recuerdo: su risa, sus ocurrencias, su voz y sus escritos’.

Hablar de consumo de drogas en jóvenes y de muerte por sobredosis no es un tema sencillo y debe tratarse con la seriedad y profesionalismo adecuados.

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