Resiliencia para adolescentes

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 10 % y el 20 % de los niños y adolescentes sufren problemas de salud mental en todo el mundo, especialmente depresión, ansiedad y trastornos de conducta. Por otra parte, prácticamente todos los estudios al respecto han evidenciado que los problemas de salud mental en la edad adulta se pueden prevenir, si se realiza una intervención temprana, es decir, en la infancia y la adolescencia.

Por lo anterior, es tan importante ayudarles a los adolescentes a que descubran y refuercen sus habilidades de resiliencia, ya que la resiliencia no es un atributo que se tiene o no se tiene, sino que implica la posesión de múltiples habilidades y en diversos grados, que ayudan a afrontar las adversidades que se puedan ir presentando, no solo en esta etapa sino también en el trascurso de su vida; como dice Boris Cyrulnik: “La resiliencia está en marcha toda la vida, pero las primeras etapas de la vida son muy importantes”.

En términos generales, la resiliencia puede ser definida como aquellas fortalezas, atributos y habilidades que permiten a las personas adaptarse a las adversidades, dificultades y desafíos. Aunque hay algunos atributos que están biológicamente determinados y hay influencias externas que mejoran la resiliencia, como padres competentes, amistades, redes de apoyo y escuelas efectivas, existen diversas habilidades de resiliencia que los adolescentes pueden fortalecer y aprender (Alvord & Grados).

Aquí les dejo algunas sugerencias que les pueden ayudar a los padres a promover la resiliencia en sus hijos adolescentes:

1. Sean cálidos y receptivos con las conductas del adolescente
Los padres receptivos son cálidos, amorosos, brindan apoyo y proporcionan un ambiente estimulante cognitivamente, y también son exigentes porque aplican un control racional, firme y consistente. Definir unos límites claros y firmes, pero no agobiantes, ayuda a los adolescentes a desarrollar el ajuste y las competencias sociales necesarias para dar sentido y orden a su vida; además, les ayuda a tener unas mejores relaciones con sus compañeros (Contreras, 2000).

2. Promuevan una conducta proactiva
Estimulen la capacidad del adolescente a tomar la iniciativa de su propia vida y a que confíe en su propia efectividad. Hacer esto les ayuda no solo a desarrollar un sentido realista y positivo de sí mismos, sino que también les permitirá sentir que pueden tener un impacto en su entorno o situación, y a no sentirse solo como observadores pasivos. Asimismo, les permitirá confiar en sus propias capacidades para superar obstáculos y a mirar el futuro con optimismo y esperanza. Para lograr esto, les puede ayudar el que fomenten que hagan uso de todos los recursos y oportunidades que tienen a su alrededor, como buscar mentores, ayudas educativas, participar en actividades extracurriculares o elegir compañeros de apoyo.

Promuevan en ellos una percepción de las dificultades como grandes experiencias de aprendizaje para sí mismos y su vida en general, pues eso les posibilitará desarrollar su autoestima y autoconfianza e interpretar que sus éxitos vienen dados por sus propias capacidades y acciones, y no simplemente por las circunstancias ambientales.

Enséñeles a ayudar a otros, ya que el esforzarse por aliviar una situación difícil de otras personas, ya sea un enfermo, un anciano o alguno de sus pares que esté pasando por un momento difícil, es una forma efectiva de promover la responsabilidad, la empatía y su autoestima (Brooks, 1994; Werner, 1993). Darse cuenta que los problemas y las dificultades son generalizados les permite saber que se pueden buscar opciones o alternativas para salir de ellos; también, les ayuda a ampliar la perspectiva sobre sí mismos y los demás.

3. Promuevan la autorregulación del comportamiento y las emociones
Si un adolescente es capaz de modular sus emociones y su comportamiento, es decir, si es capaz de calmarse a sí mismo, lo más probable es que obtenga una atención positiva de los demás y que logre buenas relaciones entre sus pares y consigo mismo; que sea independiente y pueda ser capaz de poner las cosas en perspectiva (Buckner, Mezzacappa, y Beardslee, 2003). Además, el control y la autorregulación de sus emociones son un gran factor protector que ayuda a reducir los riesgos de ansiedad y depresión tan comunes en esta etapa. Para promover esto puede ser útil valerse de algunas técnicas como pueden ser los ejercicios de respiración profunda, la relajación muscular progresiva, la visualización o las imágenes guiadas.

4. Ayúdelos a que tengan buenas relaciones con sus pares
A pesar de que la adolescencia es la etapa de las relaciones sociales, los padres no pueden dar por sentado que el adolescente cuenta con buenos amigos o una red social de apoyo sólida. Siendo así, es importante que promuevan conductas de respeto y solidaridad hacia sus pares, que comprendan que las relaciones se forman recíprocamente y que se ven afectadas por la manera en que uno trata y responde a los demás, y a su vez por cómo ellos nos responden. Los adolescentes que comparten, cumplen con las reglas sociales y son positivos y respetuosos con sus compañeros, tienen más probabilidades de mantener sus relaciones, de crear vínculos afectivos estables y duraderos, y de contar con su ayuda y apoyo cuando lo necesitan.

5. Promuevan sus habilidades o talentos
Todos somos buenos para algo, pero en esta etapa se requiere que los padres resalten y nutran las áreas de competencia, las habilidades o los talentos que tiene el adolescente. Ayudarles a experimentar y desarrollar el potencial que tienen les posibilitará promover su sentido del logro y construir una autoconfianza y autoestima fuertes; eso sí, sin olvidar establecer unas expectativas realistas sobre sí mismos.

6. Ayúdeles a que expresen sus sentimientos tanto positivos como negativos
Los adolescentes necesitan compartir y hablar de sus preocupaciones. Y a pesar de que en esta etapa se confía más en el grupo de pares que en los padres, es importante que le brinden un espacio de confianza y escucha atenta, no solo porque ustedes tienen más experiencia, sino también porque en esta etapa se suele pasar por algunas situaciones muy difíciles que solo ustedes pueden ayudarles a resolver.

Por la Dra. María Nancy Castrillón
www.nancycastrillon

EL PERIÓDICO DE LA PSICOLOGÍA – www.elperiodicodelapsicologia.info – info@elperiodicodelapsicologia.info
Teléfono: +34 675763503

Deja un comentario