Crisis climática: el nuevo desafío para la salud mental

Reportaje sobre las consecuencias para la salud mental del cambio climático y la crisis ecológica mundial. Publicado en el nº 2 de la Revista Encuentro de 2023.

Desastres naturales, derretimiento de los glaciares, aumento del nivel del mar… los efectos nocivos del calentamiento global y de la crisis ecológica provocan un gran impacto, no solo en el planeta, sino también en la vida de la población general. La incertidumbre, la impotencia y la frustración relacionadas con el cambio climático son sentimientos que comienzan a surgir en la sociedad, al tiempo que nacen nuevos términos, como ecoansiedad o sostalgia. ¿Qué consecuencias traerá la crisis climática a nuestra salud mental? ¿Cómo afecta al estado de ánimo una perspectiva desfavorable del futuro?

El bienestar psicológico de las personas puede verse afectado por el cambio climático, ya que el hecho de vivir desastres naturales (huracanes, inundaciones, olas de calor, escasez de agua o inseguridad alimentaria), puede provocar trastornos como el estrés postraumático. Pero no es necesario sufrir directamente estos graves sucesos para que la salud mental se vea afectada: ser conscientes de las consecuencias inminentes de la crisis medioambiental también puede afectar a nuestro bienestar, especialmente al de las personas más jóvenes.

La Dra. Belén González Callado, psiquiatra de la sanidad pública, copresidenta de la Asociación Madrileña de Salud Mental y actual directora del Comisionado para la Salud Mental del Ministerio de Sanidad, explica que “un evento de esta magnitud”, como la crisis climática, “necesariamente va a afectar a la salud mental de la población”, porque va a obligarnos, como sociedad, a diseñar nuevas formas de pensar y de hacer.

La psiquiatra señala que la crisis climática empieza a conformarse como un nuevo determinante social de la salud mental, en el mismo sentido que lo son las condiciones de vivienda, los desahucios, el desempleo, la precariedad laboral, la pobreza, el racismo o la transfobia. Frente a esto, González Callado opina que “es importante que en este proceso de observación no perdamos de vista que el origen del malestar no es un trastorno, sino una reacción congruente con las dimensiones del problema. Contemplar el final de la civilización tal y como la conocemos, ser conscientes que ha tenido que ver con nuestra acción humana, y sentir que no se está haciendo lo suficiente para paliar el problema, puede dar lugar a un estado emocional de mucho malestar. De cómo reaccionemos ante ese escenario va a depender que ese malestar se reconducible y productivo”.

“El origen del malestar no es un trastorno, sino una reacción congruente con las dimensiones del problema”
El cambio climático está afectando a todos los países de todos los continentes

Existe un gran contraste en las consecuencias que sufren las distintas regiones del planeta. En el caso de los países en desarrollo, la crisis climática está generando desastres naturales sin precedentes (sequías, inundaciones, incendios) que desembocan en crisis sociales de enormes proporciones, como hambrunas y migraciones masivas. “No creo que sea necesario explicitar el sufrimiento psíquico que generan estos eventos”, señala González Callado.

En el caso de países como España, la psiquiatra explica con un ejemplo cómo puede afectar a parte de la población: “Las personas que no dispongan de aire acondicionado en verano o de casas acondicionadas para las olas de calor, lo van a pasar realmente mal con lo que nos viene. Es lógico que a esas personas, que precisamente también son las que están más expuestas al resto de determinantes sociales de la salud mental, tengan un estado de angustia y de temor al futuro, posiblemente con desesperanza, sumado a un estado de insomnio y bajo rendimiento si es que no pueden descansar por la noche precisamente por las olas de calor”.

Un estudio encontró que el aumento de 1 ºC se asocia con un incremento de un 1% de la tasa de suicidios
El calentamiento global ha demostrado ser, de hecho, un factor correlacionado con el aumento de la tasa de agresividad y violencia. Además, un estudio encontró que el aumento de 1 ºC se asocia con un incremento de un 1% de la tasa de suicidios.

En España, el 90,1% de la población afirma que el cambio climático puede afectar “mucho” o “bastante” a las generaciones futuras y a países pobres, según un estudio de Ideara Investigación. Otra investigación a nivel mundial, basada en una muestra de 10.000 jóvenes entre 16 a 25 años, demostró que aproximadamente el 60% se siente muy o extremadamente preocupada/o por el cambio climático; más del 45% afirmó que la crisis climática afectó negativamente sus vidas; más del 50% reportó sentimientos de tristeza, miedo, impotencia, enfado y culpa; y el 77% afirmó que el futuro era atemorizante.

Ecoansiedad y sostalgia: nuevos términos ante una nueva realidad

La American Psychology Association define la ecoansiedad como “el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones”. “Yo a esto lo llamo juicio de realidad ajustado, no enfermedad ni trastorno”, opina la copresidenta de la Asociación Madrileña de Salud Mental. “Se habla de que es una reacción ‘excesiva’ frente a esta situación. Mi pregunta es cómo se mide lo ‘excesivo’ en esta cuestión. ¿Cuál es la preocupación adecuada, la preocupación sana, frente a la mayor crisis de la humanidad? Y, por otra parte, ¿lo va a decidir la psiquiatría? No creo que tengamos ningún papel en esto, y en todo caso, tenemos más que perder que que ganar, si permitimos que se medicalice este fenómeno”, añade.

Para evaluar los niveles de ansiedad ante el cambio climático que experimentan los y las adolescentes en España, la Universidad Pontifica de Comillas llevó a cabo un estudio[2], cuyos resultados mostraron que la ecoansiedad es mayor en las personas que llevan a cabo conductas en favor del medio ambiente. Es decir, a mayor nivel de compromiso con el medio ambiente, más elevado es el nivel de ecoansiedad.

La solastalgia, por su parte, es el sufrimiento ligado a la transformación y degradación del propio ambiente. Es un fenómeno social en el que una comunidad experimenta un grado elevado de angustia y tristeza ante la pérdida de recursos naturales. Se trata de una reacción ante una pérdida; en este caso, una pérdida natural. “Tenemos que empezar a considerar ‘sanas’ las reacciones de duelo y tristeza frente a las pérdidas naturales que estamos experimentando, porque la indiferencia ante ellas, o una posición más cínica, nos conducen a la pasividad ante la emergencia climática. Sentimos tristeza cuando perdemos algo que tiene importancia en nuestras vidas, algo que consideramos valioso. Esto nos moviliza a proteger y cuidar aquello que queremos y a hacer lo posible por frenar su pérdida”, defiende González Callado.

¿Qué podemos hacer?
Según la ONU, es necesario tomar medidas urgentes para abordar la emergencia climática con el fin de salvar vidas y medios de subsistencia. De hecho, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), propuestos por las Naciones Unidas dentro de la Agenda 2030, se encuentra el Objetivo 13: ‘Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos’.

“La preocupación por la crisis climática no es una enfermedad ni un trastorno, y no se puede esconder bajo la alfombra de la psiquiatría”
Belén González coincide en que la solución al impacto en la salud mental pasa por generar soluciones que palíen los efectos de esta crisis. “Hay que decir claro que la preocupación por la crisis climática no es una enfermedad ni un trastorno, y que no se puede esconder bajo la alfombra de la psiquiatría”. Señala que, a pesar de que las profesiones relacionadas con la salud mental tendrán una responsabilidad importante en el afrontamiento de esta situación, “a lo largo de la historia, la psiquiatría ha pecado de un exceso de confianza en sí misma para solucionar problemas que no le concernían. El resultado ha sido la psiquiatrización, psicologización y medicalización de la población, con consumos de psicofármacos descontrolados”.

Según la psiquiatra, cuando “medicalizamos una reacción emocional provocada por una situación social, borramos la causa que genera ese malestar, e incapacitamos a la persona en cierta manera para afrontarla”. Cuando se trata de problemas sociales colectivos, “el mensaje que mandamos es que la población está enferma, o está enfermando, no que estamos en una situación que nos hace sufrir a todas, que es un sufrimiento proporcionado y legítimo, y que hay que actuar sobre lo que causa ese sufrimiento”.

Por tanto, González Callado propone que las medidas que se deben tomar contra la angustia generada por la crisis climática tienen que ver con la crisis climática, no con la salud mental: “Para evitar la sensación de desesperanza y depresión frente al futuro necesitamos gobiernos que actúen de forma contundente para paliar los efectos de la crisis a nivel cotidiano. Las acciones colectivas y el sentirse protegido por las instituciones democráticas son un ansiolítico enormemente eficaz”. La psiquiatra lo compara con situaciones como los desahucios, las luchas por condiciones dignas de trabajo, la violencia de género, y concluye: “Todos son problemas que conducen a que las personas puedan presentar un grado importante de sufrimiento psíquico, pero frente a los cuales un antidepresivo poco puede hacer, y sin embargo la lucha por los derechos es mucho más eficaz”.

DATOS DE LA ONU
• 2019 fue el segundo año más caluroso de todos los tiempos y marcó el final de la década más calurosa (2010-2019) que se haya registrado jamás.

• Los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero en la atmósfera aumentaron hasta niveles récord en ese mismo año.

• El cambio climático está afectando a todos los países de todos los continentes. Está alterando las economías nacionales y afectando a distintas vidas. Los sistemas meteorológicos están cambiando, los niveles del mar están subiendo y los fenómenos meteorológicos son cada vez más extremos.

[1] Rodriguez Quiroga, A; et al. «Cambio climático, sostenibilidad y salud mental: revisión y estrategias para su abordaje«. Revista Subjetividad y Procesos Cognitivos Vol. 26, Nro. 1 (Enero-Junio, 2022).

[2] Sanandrés Pérez-Loizaga, M. ‘Ansiedad ante el Cambio Climático en Adolescentes: Evaluación y Variables Predictoras’. Universidad Pontificia de Comillas, Facultad de Ciencias Humanas y Sociales. 2021/2022.

EL PERIÓDICO DE LA PSICOLOGÍA – www.elperiodicodelapsicologia.info – info@elperiodicodelapsicologia.info
Teléfono: +34 675763503

Deja un comentario