Cuidar de un familiar enfermo y dependiente es una tarea difícil, no solo porque el ejercicio del cuidado conlleva en un primer momento a que los cuidadores no tengan el tiempo suficiente para mentalizarse del nuevo papel y la gran responsabilidad que ha recaído sobre ellos, y de los grandes cambios que tendrán que hacer en su vida personal, familiar, social y laboral.
También porque la enfermedad y la dependencia puede llegar a prolongarse de manera indefinida en él, exigiendo en el cuidador un gran esfuerzo personal y una dedicación considerable de tiempo, esfuerzo y energía. Por tal motivo, es importante que los cuidadores tengan siempre presente que la principal responsabilidad que tienen después de cuidar de su ser querido, es cuidar de sí mismos.
Solamente, si los cuidadores se toman en serio sus responsabilidades y necesidades para consigo mismos, y cuanto más satisfechas tengan estas necesidades, estarán en mejores condiciones y contarán con más recursos físicos, mentales, emocionales y personales para cuidar de su ser querido.
Por esta razón es fundamental que el cuidador:
NO EJERZA SÓLO LAS TAREAS DEL CUIDADO
Ser cuidador exige tiempo y dedicación, por tanto tenga presente que no puede seguir atendiendo de la misma forma todas las actividades que realizaban antes, y asumir las nuevas tareas de cuidado de su familiar enfermo sin contar con la ayuda y apoyo de otras personas. Así que, no asuma más tareas de las que humanamente es capaz de hacer y, busque y pida ayuda siempre que lo necesite.
ORGANICE SU TIEMPO Y DISTRIBUYA LAS TAREAS DEL CUIDADO DE UNA FORMA EFICAZ
Una buena organización le ayudará a seguir teniendo el control de su propia vida, atender sus propias necesidades, y cuidar su estado de salud físico, mental y emocional; por tanto realice una lista de todas las actividades del cuidado que necesita hacer cada día y ordénela según el grado de importancia, también incluya en la lista sus propias actividades y necesidades personales, familiares y sociales.
Calcule el tiempo que necesita para hacerlas, y en la medida de lo posible respete o ejecútelas de acuerdo al orden y nivel de prioridad que les ha asignado.
CUIDE SU ESTADO DE SALUD FÍSICA
Tenga y conserve unos hábitos de vida saludable: aliméntese bien y de forma equilibrada, evite el consumo de alcohol y cigarrillos; y evite el sedentarismo realizando o practicando de forma regular algún tipo de deporte que le guste; si ve que tiene muy poco tiempo para ello, puede intentar pasear o realizar una caminata cada día, tan solo 10 minutos; estas actividades, además de que benefician su estado de salud pulmonar y cardiovascular; también le permiten desconectarse de las actividades del cuidado.
También, es importante que respete sus horarios de sueño; aproveche en el día los momentos en los que su familiar está descansando, para que usted también descanse o para hacer alguna actividad que le guste y le de placer como leer, ver una película, hablar con un amigo, o escuchar música.
CUIDE DE SUS ESPACIOS ÍNTIMOS Y SU CÍRCULO DE AMIGOS
Cuidar “demasiado”, no es sinónimo de buena calidad y buen cuidado, o que usted sea un mejor cuidador o mejor persona, o que quiera más a su ser querido, así que no se deje invadir por el cuidado y no se sienta culpable por pensar en usted, por atender sus propias necesidades, por querer disfrutar de la vida, por querer tener sus propios espacios, por desear estar en contacto con sus amigos u otras personas; así que conserve y cuide su círculo de amigos, y siga realizando en la medida de lo posible algunas de las actividades que hacía y disfrutaba antes de que su familiar enfermera.
CUIDE SU ASPECTO E HIGIENE PERSONAL
Muchos cuidadores sin darse cuenta se van olvidando de sí mismos y de atender sus necesidades más básicas de cuidado e higiene personal, lo cual puede conllevar a que contraiga determinadas enfermedades o infecciones, y disminuya sus niveles de autoestima.
Por tanto, es importante que mantengan y conserven una adecuada higiene personal y corporal, principalmente, porque es una forma de respeto para consigo mismo, sino también porque le ayudará a prevenir llegar a estar en un mal estado.
Es fundamental que los cuidadores asuman y acepten que todos los cambios que conllevan el ejercicio del cuidado de su familiar, no necesariamente implican que su propia vida y el disfrute de la misma se han terminado; sin embargo muchos cuidadores a medida que va pasando el tiempo se van dejando afectar por la enfermedad y por su rol de cuidadores, llegando al extremo de que “Viven para cuidar” lo cual afecta y deteriora su propio estado de salud física, mental y emocional, y también influye en la forma o calidad del cuidado.
Por esto es muy importante que los cuidadores tengan siempre presente que para poder serles útil a su ser querido, primero tienen que atender sus propias necesidades, y que tienen todo el derecho de intentar continuar con su propia vida, no sólo para poder ejercer de la mejor forma posible las tareas del cuidado, sino también que deben intentar prepararse para el futuro, porque llegará un momento en el cual finalizará esta situación o experiencia, y en el momento en que esto ocurra puedan darle un hilo de continuidad a su propia historia de vida.
Por: Dra. Nancy Castrillón
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