Durante el primer año y medio de vida de un niño ocurren muchísimos cambios. En tan solo algunos meses pasa de ser un bebé completamente dependiente de sus padres, que duerme la mayor parte del día, a convertirse en un niño activo capaz de realizar algunas tareas de forma autónoma. En esta etapa también experimenta un importante salto a nivel psicológico y social, que marcará el inicio del posterior desarrollo de su personalidad.
El bebé de 0 a 3 meses
Durante el primer mes de vida el bebé pasa casi todo el día durmiendo, solo se despierta cuando tiene hambre o se siente incómodo. Sus músculos aún están muy débiles por lo que es incapaz de sostenerse por sí solo o de agarrar con sus manos los juguetes u otros objetos. No obstante, es probable que sostenga el dedo de su madre mientras esta lo amamanta o cuando lo tiene en brazos, un gesto que le tranquiliza y le hace sentir más seguro. En estas semanas el llanto es su única forma de comunicación, a través del cual también expresa sus necesidades.
A partir del segundo mes de vida el bebé ya pasa más tiempo despierto y se interesa por descubrir lo que sucede a su alrededor. Lo que más llama su atención suelen ser los colores vivos, los ruidos fuertes y el movimiento de los objetos. En este momento ya es capaz de sonreír, lo hace como respuesta a otras sonrisas o para demostrar que le agradan los juegos o la compañía de otra persona. También está preparado para hacer movimientos más enérgicos y mantener la cabeza levantada durante unos instantes.
Para el tercer mes, el pequeño comienza a familiarizarse con el fenómeno causa-efecto, comprende que si toca algunos juguetes estos pueden hacer sonidos y encender luces. También empieza a descubrir algunas partes de su cuerpo, por lo que es normal que le preste una atención especial a sus manos y pies y que juegue con ellos. En este momento ya es capaz de levantar su cabeza cuando lo llaman o mirar algo que le interese, aunque todavía tiene un bajo tono muscular por lo que le costará mantenerse en la misma posición durante mucho tiempo.
El bebé de 4 a 6 meses
Al cumplir los cuatro meses, el bebé empieza a ser más sociable, no quiere estar solo ni un minuto por lo que recurrirá a todos los métodos que conoce para llamar la atención de los adultos. A esta edad ya se orienta mejor cuando escucha un ruido y empieza a desarrollar su capacidad para emitir sonidos vocales. También es capaz de sentarse, siempre y cuando le sostengan por detrás, y si le enseñan un objeto o juguete intentará cogerlo.
Para el quinto mes ya empieza a expresar sus deseos con más claridad, no solo se comunica a través del llanto sino que también usa todo su cuerpo, aparta la cabeza cuando algo no le agrada o patalea cuando está contento. Sus movimientos son más coordinados y se mueve con más rapidez, ya apoya sus brazos y levanta la cabeza para mirar a su alrededor. En cuanto al lenguaje, es capaz de articular algunas sílabas e imitar algunos de los sonidos que escucha.
A los seis meses sus extremidades ganan fuerza, puede sostener el biberón con ambas manos y voltearse. A partir de este momento empiezan a salir sus primeros dientes, por lo que ya es hora de comenzar a introducir en su dieta nuevos alimentos además de la leche materna. A los seis meses ya muestra algunas de sus emociones, se enfada si no puede alcanzar el juguete u objeto que quiere y sonríe a carcajadas cuando juegan con él.
El bebé de 7 a 9 meses
A los 7 meses el bebé ha alcanzado un mayor control sobre sus movimientos, es capaz de mantenerse sentado sin caerse y a veces intentará ponerse en pie. A esta edad ya gateará, por lo que si quiere un juguete irá arrastrándose a buscarlo. También comenzará a explorar el entorno que lo rodea, de hecho, es probable que se lleve a la boca todo lo que encuentre, es su forma para reconocer los objetos.
A los 8 meses el pequeño ya conoce su nombre y cuando lo pronuncian voltea la cabeza para buscar a quien lo llama. A lo largo de estos meses ha aprendido a reconocer a las personas más cercanas, además de sus padres, aunque todavía se comporta de forma tímida ante quienes no conoce. Para este entonces ya dirá algunas sílabas y es probable que, si ha recibido una buena estimulación, diga su primera palabra.
A partir de los 9 meses la coordinación motora se perfila, el pequeño ya puede agarrar y sostener objetos con sus manos durante bastante tiempo. Cuando gatea lo hace con más rapidez y sigue intentando ponerse en pie, apoyándose en los muebles que encuentra a su paso. A esta edad, sus dientecitos ya están brotando por lo que es probable que se muestre incómodo la mayor parte del tiempo.
evolución bebé
El bebé de 10 a 12 meses
En esta etapa el bebé ya gatea por toda la casa, se ha convertido en un auténtico explorador que toma todo lo que encuentra a su paso y que abre todos los cajones para curiosear. Ya se puede poner de pie sosteniéndose a un mueble y puede moverse gateando por toda la casa. En el décimo mes ya pasa gran parte del día despierto, aunque sigue durmiendo la siesta, lo cual le aporta un extra de energía para mantenerse activo el resto del tiempo.
Para el undécimo mes es capaz de buscar los objetos que le piden y si sus padres le dejan, empezará a comer solo, al menos los alimentos que puede agarrar con las manos. A esta edad se empieza a interesar por las historias que le narran y por los dibujos de los libros de cuentos, lo cual se debe a que su cognición se está desarrollando.
Al cumplir su primer año de vida el pequeño ya es capaz de mantenerse en pie e incluso puede dar algunos pasos sin la ayuda de un adulto. Ya dice mamá y papá y entiende muchas de las cosas que se le dicen, aunque todavía no puede seguir órdenes complejas. A esta edad sus padres y quienes le rodean pueden entender prácticamente todo lo que expresa ya que aunque todavía no sabe hablar, recurre a diversos recursos extraverbales para hacerse entender. A nivel físico-motor se ha desarrollado muchísimo y su equilibrio y coordinación han mejorado bastante.
El bebé de 13 a 18 meses
En esta etapa el bebé sigue con sus progresos, tiene movimientos más precisos y músculos más fuertes. De hecho, ya no solo puede andar por toda la casa y mantenerse en pie sino que también se agacha para recoger cualquier objeto del suelo. A esta edad empieza a imitar todo lo que hacen los padres y, aunque sigue necesitando su atención y cuidados, comenzará a apegarse a algunos juguetes, un proceso que le ayuda a ganar en autonomía.
A los 16 meses ya puede nombrar y señalar algunos objetos y reconoce la mayoría de las partes de su cuerpo. También es capaz de utilizar la cuchara, pasar las páginas de un libro y empezará a hacer sus primeros garabatos, que serán la antesala de la escritura. En este momento empieza a interactuar con otros niños de forma consciente y disfruta cuando tiene un pequeño compañero de juego, un indicador de que sus habilidades sociales se siguen desarrollando.
Cuando el bebé cumple los 18 meses ya será capaz de saltar y subirse a los muebles. Su equilibrio aún no es perfecto, pero sus movimientos son mucho más coordinados. Su desarrollo emocional va más lento que sus avances físicos, sin embargo, ya expresa emociones como el enfado, la alegría y la tristeza y puede transmitirles a los demás su cariño o rechazo.
Fuente: etapainfantil.com
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