Estimado psicólogo, nuevo amigo;
Apuesto a que no es fácil estar en tu lugar o tener tu trabajo. Lo sé porque puedo ver todos los cambios que he logrado en mi vida con tu ayuda, y no puedo imaginar a cuántas personas más ayudas todos los días.
Tengo mucho por lo cual agradecer ahora, y tú me enseñaste eso. Me enseñaste que la vida es una experiencia increíble e ilimitada en la que puedes hacer de tu futuro cualquier cosa, solo poniendo de tu parte y confiando en ti.
No nacemos con mala suerte. Tampoco estamos predestinados al fracaso y definitivamente no estamos “incompletos”. Al contrario, tenemos todo lo que necesitamos para florecer, y merecemos que cosas buenas nos pasen.
Me enseñaste que está bien salir ahí fuera, probar cosas distintas, levantarse y caer, equivocarse y enmendar los errores… Antes me atemorizaba hacer algo mal, pero tú me has ayudado a entender que la vida se trata también de asumir los eventos inesperados, y que hay belleza en vivir los momentos difíciles conscientemente en lugar de huir de ellos.
Ahora sé que no debería sentir vergüenza si en algún momento tengo depresión o ansiedad… Lo extraño sería no sentir nada, estar muerto por dentro.
Tampoco debo sentirme mal si tomo una decisión que, luego, quiero cambiar. Tengo derecho a ser alguien distinto, a evolucionar, a actualizar mis prioridades… Así que, si mi vida no me gusta, soy libre de construir una nueva.
Supongo que estás sonriendo ahora mismo y pensando en lo lejos que hemos llegado. Parece que fue ayer cuando nos conocimos, recuerdo que no sabía bien qué decir o cómo actuar, me preocupaba tanto que me juzgaras… Pero no lo hiciste y fue entonces cuando entendí que había tomado la decisión correcta al buscar ayuda.
Estoy feliz de que la vida nos reuniera y que seas tú quien me esté ayudando a creer más en mí. Incluso cuando las personas más importantes a mi alrededor parecían no entenderme, tú fuiste quien apostó por mí y por mi capacidad para salir adelante.
Quiero decirte que muchas veces pensé en renunciar, y si no lo hice fue porque sabía que confiabas en mí, que estabas conmigo en cada paso del camino. Toda esta experiencia contigo me ha hecho más fuerte, ha sido como volver a la escuela y aprender el arte de sentir gratitud y paz siendo quien soy.
Si hay algo que he aprendido y que ha cambiado mi vida por completo es que todo lo que nos pasa vale la pena. Todo puede dejar un aprendizaje único para ser más feliz, tener una mejor salud o más riqueza, lo único que necesitas es estar abierto a la experiencia y aprender a ver el lado bueno de las cosas.
“La vida es buena y debes vivirla al máximo”. Así podría resumir lo que he aprendido contigo.
Aunque no sé lo que pueda pasar mañana, hoy me siento más capaz que nunca para vencer los obstáculos. Eso es gracias a que me has enseñado mecanismos y herramientas para gobernar mi mente, y que no sea ella la que me gobierne a mí.
Todo el conocimiento y apoyo que me has brindado ha hecho que ahora pueda ver mis defectos como oportunidades, y mis errores como circunstancias que no definen quién soy. Recuerdo que, cuando sentí que había fracasado, me mostraste que el fracaso es solo una ilusión y que nadie puede hacerme sentir mal –ni siquiera yo– si no lo permito.
Por todo esto y mucho más, quiero que sepas cuánto cambiaste mi vida. Una eternidad de agradecimientos nunca sería suficiente, pero confío en que bastará con un simple: “Gracias por empoderarme, por inspirarme y por guiarme hacia la mejor versión de mí”.
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