La incontinencia es un problema de salud bastante común en la población femenina que puede generar vergüenza, inseguridad o rechazo. Conoce a continuación algunas recomendaciones para que mejore tu calidad de vida.
● Pérdida de peso en caso de obesidad o sobrepeso
Alrededor de una cuarta parte de los adultos en los Estados Unidos son obesos. Entre sus innumerables efectos adversos sobre la salud, la obesidad afecta el soporte y la función del piso pélvico. A medida que aumenta la obesidad, los trastornos del piso pélvico como la incontinencia urinaria, la incontinencia anal y (para las mujeres) los prolapsos de órganos pélvicos se vuelven más prevalentes. Más de la mitad de la población femenina con obesidad mórbida tiene este tipo de trastornos y padecen de algún grado de incontinencia.
● Evitar excederse con el ejercicio físico, y realizar rutinas que protejan el piso pélvico
Los ejercicios de Kegel son muy útiles para tratar todos los tipos de incontinencia (esfuerzo, urgencia o mixta). Son bastante efectivos y con ellos se persigue fortalecer los músculos del periné para sujetar la vejiga y la uretra y potenciar la fuerza de los esfínteres. Antes de intentar hacer los ejercicios de Kegel, hay que localizar y ser consciente de la existencia de los músculos pélvicos. Son los mismos músculos que detienen el flujo de orina o contienen el gas. Para ejercitarlos, se deben comprimir (contraer) o apretar los músculos pélvicos de manera consciente, estando en una posición cómoda y con la mayor tranquilidad. Se mantienen apretados durante 3 a 5 segundos, luego se aflojan y se descansa durante 3 a 5 segundos. A medida que continúa, puede aumentar la cantidad de tiempo de contracción y seguir con un descanso de 10 segundos. Se recomiendan de 10 a 20 repeticiones 3 veces al día.
El entrenamiento de la vejiga es otro método que está Indicado para mejorar la incontinencia de urgencia y la mixta. Se trata de reeducar la vejiga para conseguir alargar el tiempo entre la sensación de ganas de orinar y la relajación del esfínter. La gimnasia abdominal hipopresiva. La protección y el fortalecimiento del suelo pélvico merecen un lugar importante en la salud de la mujer. Muchas hoy se benefician de la práctica de los ejercicios hipopresivos con estos fines. Dicho entrenamiento, postula entre sus beneficios el aumento del tono del suelo pélvico. Es una metodología ampliamente utilizada tanto en el tratamiento de disfunciones del suelo pélvico, como en su prevención. Por tanto, cualquier mujer puede beneficiarse de estos ejercicios, siendo especialmente recomendados para aquellas que son deportistas y para la recuperación postparto.
La práctica de yoga, pilates y empleo de técnicas de meditación (respiración consciente) pueden ser bastante útiles para lidiar con incontinencia por estrés.
● Hidratación equilibrada
Evitar el consumo excesivo de líquidos, principalmente aquellos con propiedades diuréticas como las bebidas energéticas, café, té o la cerveza. Además, no tomar líquidos abundantes, y restringir bastante su ingesta a las últimas horas de la tarde o la noche.
● Recordar el consumo de algunos medicamentos que favorecen la incontinencia urinaria
Como diuréticos, benzodiacepinas (pastillas para dormir o ansiedad), medicamentos con efecto anticolinérgico como los antidepresivos tricíclicos, algunos antihistamínicos, antiespasmódicos, y opiáceos; los calcios antagonistas, el alcohol y los estimulantes como el tabaco, té o café.
● Intervalos regulares (frecuentes) de micción
Estos reducen drásticamente episodios de incontinencia de urgencia.
● Evitar usar ropa muy apretada o fajas para disminución de tallas
● Tratamientos no farmacológicos para la incontinencia urinaria
Estos incluyen las técnicas de terapia física del entrenamiento muscular del piso pélvico del que ya hablamos, conos vaginales ponderados y estimulación eléctrica. El entrenamiento muscular del piso pélvico, o ejercicio de Kegel, es como dije antes, un programa de contracción muscular repetida voluntaria. Este puede realizarse con o sin técnicas de biorretroalimentación para ayudar a un individuo a aislar los músculos relevantes. Los conos vaginales son pesos que teóricamente requieren la contracción de los músculos del piso pélvico para evitar que estos se salgan de la vagina.
Por otro lado, la estimulación eléctrica se puede utilizar para mejorar la musculatura del piso pélvico o para inhibir la hiperactividad del detrusor. Esta consiste en impulsos eléctricos breves administrados a través de electrodos de aguja o superficie y se usa para inhibir la hiperactividad del detrusor o para mejorar la musculatura del piso pélvico. La efectividad de la estimulación eléctrica puede depender del tipo de incontinencia urinaria. Otros procedimientos no farmacológicos incluyen el entrenamiento de la vejiga, que tiene como objetivo aumentar el intervalo de tiempo entre la micción y la micción inducida.
● Tratamientos psicológicos
Muchas pacientes con incontinencia urinaria experimentan emociones negativas, miedo a tener un accidente (orinarse) en público y comienzan a aislarse. La solución no está en comprar o no comprar compresas desechables para retener la orina. Eso es un manejo que no mejora a la mujer de la incontinencia, pero puede servir en momentos puntuales. Lo importante es darle la cara a la incontinencia y empezar a trabajar por mejorar el funcionamiento del piso pélvico. Si nos quedamos sólo en las “compresas”, nos quedamos estancados y la situación puede empeorar.
El soporte psicológico puede ser muy importante en una mujer que experimenta incontinencia urinaria. Además, existen tratamientos conductuales muy enfocados a esta patología que han demostrado ser efectivos al cambiar los hábitos miccionales o al enseñar nuevas habilidades de continencia. Por ejemplo: la retroalimentación verbal basada en la palpación vaginal, tratamiento conductual autoadministrado usando un folleto de autoayuda y el entrenamiento conductual asistido con retroalimentación (biofeedback) que utiliza la retroalimentación biológica para enseñar a los pacientes cómo controlar las respuestas fisiológicas de la vejiga y los músculos del piso pélvico que median la incontinencia. Es eficaz para tratar la incontinencia de urgencia, produciendo mejoras que van del 76% al 86%, y siendo al menos tan eficaz como la terapia con medicamentos. Como ven los psicólogos tienen herramientas interesantes para ayudar a abordar este problema.
● También hay tratamientos farmacológicos y quirúrgicos especializados
Los cuales ayudan a tratar la incontinencia de urgencia como : La onabotulinumtoxina y algunos neuromoduladores sacros percutáneos o implantados. Así mismo, la cirugía para la incontinencia de esfuerzo que no responde a otras medidas, el cabestrillo medio-uretral, se puede asociar a una mejoría de los síntomas en el 48% al 90% de las mujeres y tienen bajos porcentajes de complicaciones.
Conclusiones y relevancia
La incontinencia urinaria es bastante común en las mujeres, parece ser un tabú para muchas de ellas, y en realidad pocas buscan atención a pesar de que como vimos hay muchas opciones de tratamiento efectivas. Los profesionales de la salud deben priorizar la detección de la incontinencia urinaria, identificar y tratar los factores modificables, incorporar la preferencia del paciente en la evaluación y el tratamiento, iniciar un tratamiento conservador y médico, y referir a especialistas (urólogo, ginecólogo, psicólogo, psiquiatra) cuando se identifique una patología subyacente, sufrimiento mental y deterioro de la calidad de vida o en caso de que las medidas conservadoras sean ineficaces.
No se habla mucho de esto, pero la incontinencia urinaria tiene un tremendo impacto en su calidad de vida. Por lo tanto, es importante que quitemos el velo de misterio alrededor de este tema y tanto la paciente como sus familiares se empoderen e involucren en el tratamiento de la persona afectada. Hay que evitar comentarios despectivos y actitudes de burla o intolerancia frente a las pacientes que padecen esta incómoda enfermedad.
No olvidemos que existen varios tratamientos no farmacológicos, farmacológicos y quirúrgicos disponibles que son efectivos en el manejo de los síntomas de la incontinencia urinaria. Sin embargo, en general se acepta que la primera opción de tratamiento debe ser la opción menos invasiva con el menor riesgo de complicaciones adversas. En general, las opciones no farmacológicas, el soporte psicológico y el tratamiento conductual deben considerarse antes de las opciones farmacológicas o quirúrgicas.
Por: Dra. Iris Luna
Psiquiatra
EL PERIÓDICO DE LA PSICOLOGÍA – www.elperiodicodelapsicologia.info – info@elperiodicodelapsicologia.info
Teléfono: +34 675763503