«El significado de la vida es simplemente estar vivo»

«El significado de la vida es simplemente estar vivo. Es tan sencillo, simple y obvio, y sin embargo todo el mundo se apresura y se estresa como si fuera necesario lograr algo…. más allá de sí mismos» (Alan Watts)
Vivimos en un mundo que nos enseña desde temprano a buscar siempre algo más, a perseguir metas, a alcanzar logros, como si la existencia misma no tuviera valor a menos que esté adornada con la aprobación externa o con la consecución de objetivos. No hemos aceptado el regalo amoroso incondicional de la vida… pensamos que debemos conseguir algo más para completar la perfecta obra de la energía divina . ¿Por qué?

Estar vivo… No hay mayor milagro, no hay mayor regalo. El latido de nuestro corazón, el aire que llena nuestros pulmones, el sol que calienta nuestra piel, todo es una manifestación de la vida expresándose Y…, sin embargo, nos perdemos en la búsqueda de algo “más allá de nosotros mismos”, como si nuestra vida fuese una carrera, una serie de escalones que debemos ascender para alcanzar una cima que, cuando lleguemos, tal vez ni siquiera podamos ver.
Es tan sencillo, simple y obvio y sin embargo, nos encontramos atrapados en la maraña de nuestras propias expectativas, identidades y sistemas de creencias que hemos construido o que nos han impuesto. La vida es un flujo constante, un río que no necesita un destino, porque su existencia misma es su propósito. Pero nosotros, en nuestra ansia de significado, olvidamos la belleza de simplemente fluir con él… se nos pasa por alto «vivir sin más» cada matiz desplegado ante nosotros, detalles que ninguneamos sin saber que la VIDA va de eso…
La prisa y el estrés son en gran medida construcciones de nuestra mente. Creemos que debemos alcanzar algo, que debemos lograr una forma de inmortalidad a través de nuestras acciones, como si estar vivos no fuera un enorme milagro. Nos hemos desconectado del presente, de ese momento que es el único que realmente poseemos, y en el que la vida se despliega con todo su esplendor…
La realidad de que nuestra existencia no necesita adornos, interpretaciones ni justificaciones es difícil de digerir porque no estamos dispuestos a reconocer la luz cegadora que viaja en nuestra mochila. Nos da pánico reconocer esa grandeza tímida que aguarda pacientemente a ser aceptada. El simple hecho de estar aquí, de ser testigos de cada evento, es en sí mismo un acto sagrado, un propósito que no necesita más explicación que su propia manifestación.
Dejo de lado la obsesión por lo que “debería” ser o hacer, y, en cambio, celebro que ya soy: ser vivo, parte de un todo inmenso y misterioso que no necesita ser comprendido para ser amado. La vida, en su sencillez, nos ofrece todo lo que necesitamos. Si tan solo nos detenemos lo suficiente para darnos cuenta de esta intención divina encontraremos fácilmente todas las respuestas… principalmente la más importante: ¿Por qué me olvidé de mi verdadera naturaleza?
No se trata de alcanzar lo inalcanzable, sino reconocer la plenitud que ya está presente en cada respiro, en cada instante de nuestra existencia. Porque, en última instancia, el significado de la vida no se encuentra en un destino lejano, sino en el simple y poderoso hecho de que estamos aquí, observando este juego y a sus personajes, disolviendo todo drama y dejando que el amor de nuestra esencia se exprese en cada momento.
Manuel Férriz
Fundador y creador de ARACELi el Hospital del Alma

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