Artículo de Daniel Freeman, psicólogo de la Universidad de Oxford, donde expone algunas de las lecciones que ha aprendido sobre la comprensión y tratamiento de los delirios desde su experiencia en investigación y práctica clínica.
Un resumen:
1. La paranoia como una dimensión: Los delirios de persecución son el extremo severo de una dimensión de paranoia que está presente en la población general. La paranoia es pensar que otros intentan dañarte deliberadamente cuando no es así. Las personas con ideas delirantes persecutorias severas están en el extremo de un continuo, y estas ideas no son “cualitativamente diferentes” de las experiencias paranoides menos severas.
2. Paranoia como una batalla: Las ideas delirantes persecutorias son creencias de amenaza inexactas. Un individuo que percibe a los demás como que intentan dañarlo puede llegar a ver la vida como inherentemente conflictiva. Es una batalla en la que los pacientes normalmente se sienten vulnerables al daño: parten de una posición debilitada. Como en toda batalla, la persona intenta defenderse. Pero estas defensas (por ejemplo, evitar actividades, cerrar cortinas, evitar el contacto visual) impiden la recepción y el procesamiento de pruebas desconfirmatorias. En otras palabras, lo que las defensas acaban protegiendo no es al individuo sino a las ideas falsas.
3. Esté abierto a la evidencia del engaño. Las creencias delirantes se mantienen debido a una evidencia poderosa para el paciente, que no responde a una evidencia racional en contra. Esta evidencia poderosa para el paciente puede incluir eventos negativos pasados, ansiedad actual, anomalías perceptuales y alucinaciones auditivas. Comprender estas fuentes de evidencia es crucial para el tratamiento efectivo de los delirios de persecución.
4. Los peligros reales existen
5. La causalidad es multifactorial. Se necesitan múltiples factores para explicar la paranoia, y estos pueden variar en cada caso individual.
6. Desarrollar y utilizar mejores medidas de evaluación
7. El antídoto es el aprendizaje de la seguridad. La recuperación de la paranoia implica aprender que el mundo es lo suficientemente seguro ahora. Este aprendizaje debe ser directo y practicado suficientemente para convertirse en la nueva narrativa dominante. Sin embargo, existen una serie de procesos psicológicos que pueden impedir dicho aprendizaje. La preocupación ansiosa, los sentimientos de vulnerabilidad y el uso de defensas pueden hacer que las situaciones seguras parezcan peligrosas.
8. No subestimes a los pacientes
Hay motivos para ser optimistas en el tratamiento de la paranoia grave. El programa Feeling Safe, desarrollado durante dos décadas, conduce a la recuperación de los delirios de la mitad de los pacientes que no han respondido a la medicación antipsicótica. Otra cuarta parte de los pacientes obtienen el beneficio. Sin embargo, no podemos predecir quién responderá. Incluso los pacientes con las presentaciones de psicosis más graves pueden obtener beneficios. Por tanto, no debemos subestimar la capacidad de ningún paciente de volver a las actividades elegidas.
Dicho esto, todavía queda mucho por aprender sobre la paranoia y queda mucho trabajo por hacer para traducir e implementar estos avances en los servicios de salud mental.
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