El cincuenta por ciento de los casos de enfermedad mental empiezan a los 14 años y las tres cuartas partes comienzan a los 24 años.
Los trastornos mentales importantes, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, rara vez aparecen “de improvisto”.
A menudo la familia, los amigos, los maestros o los individuos mismos comienzan a reconocer pequeños cambios o la sensación de que “algo no está funcionando bien” en sus emociones o comportamientos antes de que una de estas enfermedades aparezca en forma completa.
Estar alerta acerca de la aparición temprana y el desarrollo de los síntomas, o signos de alerta, y tomar las medidas adecuadas pueden ayudar mucho a mejorar el pronóstico de lo que la persona está padeciendo. La intervención “temprana” puede ayudar a reducir en gran parte la gravedad de una enfermedad. Incluso puede ser posible retrasar o prevenir una enfermedad mental grave por completo.
La Dra. Ranna Parekh, MD, MPH, miembro de la Asociación Psiquiátrica Americana, nos advierte que si varias de las siguientes cosas están ocurriendo, puede ser útil hacer un seguimiento con un profesional acreditado en salud mental:
Retirada
Alejamiento social reciente y pérdida de interés en interactuar con los demás. Verse ensimismado o solitario.
Caída en el funcionamiento
Una caída inusual en el funcionamiento, en la escuela, en el trabajo o en actividades sociales, como abandono del deporte favorito, fallar en el colegio o dificultad para realizar tareas familiares.
Problemas de pensamiento
Problemas con la concentración, la memoria o el pensamiento lógico y el habla que son difíciles de explicar. Aparecer con ideas estrambóticas o comportamientos extravagantes (excesivo lavado de manos, rituales extraños, expresión de ideas descabelladas, etc.)
Sensibilidad aumentada
Sensibilidad aumentada a las cosas que mira, a los sonidos, a los olores o al tacto; evitar situaciones excesivamente estimulantes. Alteraciones sensoriales y perceptivas (escuchar voces, sentir que animales caminan bajo la piel, ver cosas inexistentes a la vista de otros, etc.)
Apatía
Pérdida de iniciativa o deseo de participar en cualquier actividad.
Sentirse desconectado
Una vaga sensación de estar desconectado de uno mismo o de sus alrededores; un sentido de irrealidad que persiste en el tiempo.
Pensamiento ilógico
Creencias inusuales o exageradas acerca de los poderes personales para comprender los significados o influir en los acontecimientos; ilógico o “mágico” típico de la infancia en un adulto.
Nerviosismo
Miedo o sospecha de los demás, experimentar crisis de ansiedad (taquicardia, sensación de muerte inminente o pérdida de control, respiración rápida, adormecimiento de extremidades, sudoración, etc.).
Comportamiento inusual
Comportamiento extraño, inusual, peculiar.
Cambios en el sueño o el apetito
Cambios en el sueño y el apetito dramáticos o el deterioro en el cuidado personal.
Cambios en el estado de ánimo
Cambios rápidos o dramáticos en los sentimientos.
Uno o dos de estos síntomas por sí solos no pueden predecir una enfermedad mental. Pero si una persona está experimentando varios de una vez y están causando serios problemas en la capacidad de estudiar, trabajar o relacionarse con los demás, él/ella debe ser visto por un profesional de la salud mental.
Las personas con pensamientos o intentos suicidas, o pensamientos sobre dañar a otros, necesitan atención inmediata.
Por: Dra. I. Luna. Psiquiatra
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