La autosexualidad es la predisposición que siente la persona a sentirse atraída sexualmente por sí misma. Siente una fascinación irresistible por su propio cuerpo, se desea y se excita ante su imagen; asimismo, sus fantasías sexuales siempre son consigo misma.
A esta atracción sexual se le conoce como ipsofilia, y se puede llegar a extremos románticos que, incluso, pueden llevar a alguien a querer casarse con su propia persona.
No debe confundirse con la masturbación, que es la autocomplacencia al estimular los órganos sexuales con las manos u otros medios, y que por lo general se acompaña de fantasías sexuales con otras personas que ayudan a la excitación.
De la masturbación a la autosexualidad
La persona que se descubre autosexual ha empezado con la masturbación, practicando el autoerotismo en solitario, hábitos que se hacen comunes en el ejercicio de la sexualidad y se inician en la adolescencia, acompañados de fantasías eróticas que incluyen a otras personas.
En ocasiones se dan casos en los que esta autocomplacencia se inicia por la visión de la propia imagen, la persona empieza a desearse a si misma, se excita con su cuerpo y ya no hay cabida a fantasías que incluyan a otra persona; se ha pasado el límite entre la masturbación y la autosexualidad.
Hay sexólogos que no hacen distinción entre ser autosexual y practicar el autoerotismo, y explican que es una práctica absolutamente recomendable para obtener la satisfacción sexual cuando no se tiene una pareja. Sin embargo, otros profesionales de la sexología hacen la distinción, pues la persona autosexual no tiene pareja no porque no la encuentre sino porque no desea tenerla.
Ser una persona autosexual y el ser narcisista
Podrían argumentarse similitudes porque ambos están centrados en sí mismos, pero a diferencia del narcisista, el autosexual no necesita que otra persona le despliegue admiración, atenciones y halagos para sentirse bien. Al narcisista le importa muy poco el otro, y se caracteriza por una falta de empatía. Su autoafirmacion es desmedida en todos los ámbitos, cree que debe ser merecedor de una atención excesiva por su belleza física, mientras que la persona autosexual prefiere un encuentro consigo mismo en lo referente al amor erótico. En resumen, en el narcisismo hay una necesidad del otro para que exprese su admiración, en la ipsofilia se prescinde del otro en lo sexual.
La persona autosexual
Se habla de la persona que tiene conducta autosexual, que se manifiesta en su intimidad, se da placer a sí misma porque así lo desea y necesita. Su respuesta sexual y su capacidad de experimentar placer y alcanzar el orgasmo es mediante un encuentro privado. Quien manifiesta conducta autosexual no se siente atraído por otras personas, ya sean de su mismo sexo o del sexo opuesto, pero en lo cotidiano puede relacionarse adecuadamente y sentir empatía por los demás. Su distinción es en el campo sexual únicamente; prefiere estar consigo mismo.
En el campo de todas las preferencias sexuales se habla de un espectro que puede ir desde el que es incapaz de un encuentro sexual con otra persona, hasta quien en su fantasía sexual se imagina teniendo sexo consigo mismo, sin que esto le impida tenerlo con otras personas. En todo caso, es propicio recordar que la orientación sexual no se elige y además es algo personal y privado, que ha dejado de tener connotación patológica.
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