A medida que la población estadounidense envejece, más adultos desarrollan problemas de pensamiento y memoria, denominados deterioro cognitivo leve. Los científicos han estado buscando formas de prevenir o retrasar este tipo de deterioro mental y trastornos más graves, como la demencia.
Algunos estudios han encontrado vínculos entre una alimentación saludable y una mejora del pensamiento y la memoria. Un patrón de alimentación llamado dieta MIND ha demostrado ser prometedor. Incluye verduras de hoja verde y otras hortalizas. Prefiere las bayas a otras frutas. También fomenta el consumo de cereales integrales, legumbres, frutos secos y al menos una ración semanal de pescado. Limita la carne roja, los dulces, el queso, la comida rápida y los alimentos fritos.
Para estudiar los efectos de la dieta MIND, los científicos analizaron datos de unas 14.000 personas. Su edad media era de unos 64 años al principio. Alrededor del 57% eran mujeres, el 70% eran blancas y el 30% eran negras. Se evaluaron sus patrones de alimentación. Su salud cognitiva se midió al principio y al final del estudio, unos 10 años después.
En general, las personas que consumían alimentos más similares a la dieta MIND tenían menos probabilidades de tener problemas de pensamiento y memoria. También presentaban tasas más lentas de deterioro cognitivo. Las personas que siguieron más estrictamente la dieta MIND tenían un riesgo un 4 % menor de tener problemas cognitivos en comparación con las que consumían una dieta muy diferente.
«Dado que el número de personas con demencia aumenta a medida que la población envejece, es fundamental encontrar cambios que podamos hacer para retrasar o ralentizar el desarrollo de problemas cognitivos», dice el Dr. Russell Sawyer de la Universidad de Cincinnati, quien dirigió el estudio.
Por: News in Health
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