Actualmente el Alzhéimer, es sin duda una de las enfermedades neurodegenerativas que más se están investigando en todo el mundo, ya sea para prevenir su aparición, para obtener un tratamiento adecuado o para conseguir su curación definitiva. Al igual que es una de las enfermedades que actualmente está generando mayor preocupación a familiares y cuidadores, de hecho en este espacio he escrito varios artículos al respecto.
Pero hoy quisiera hablarles de los orígenes que le dieron nombre a dicha enfermedad que permaneció desapercibida por la comunidad científica por casi 80 años, para luego convertirse en uno de los focos principales de investigaciones y estudios. Además, también ha generado un gran interés su historia médica y el origen del epónimo, es decir, las personas que han dado origen a su nombre.
La enfermedad de Alzhéimer es la primera causa de demencia en todo el mundo, que suele aparecer alrededor de los 65 años, la cual afecta la corteza cerebral y otras estructuras adyacentes, lo que conlleva a que se generen en la persona que la padece diversos cambios conductuales y diversos trastornos de sus funciones cognitivas, principalmente todo lo que tiene que ver con los sistemas de memoria, de hecho actualmente se le suele llamar “la enfermedad del olvido”.
El primer médico que describió las anormalidades neuropatológicas que caracterizan dicha enfermedad fue Alois Alzhéimer en el año 1906.
El doctor Alzheimer nació en Marktbreit, Baviera (Alemania) en 1864. Era hijo de una familia católica y acomodada, su padre trabajaba como notario y consultor legal. Inició sus estudios de medicina en Berlín en 1883 y continuó en Tübingen y Wüzburg. Consiguió graduarse cuatro años después, con una tesis doctoral sobre las glándulas de cerumen de los oídos1.
En el año 1988 empezó a trabajar en la ciudad de Frankfurt como asistente en un sanatorio de enfermos que padecían demencia; en esta institución y en colaboración con otros médicos, realizó y publicó diferentes trabajos de investigación. De estas se destacan la publicación del año de 1904 sobre la aterosclerosis cerebral y el de 1911 sobre la corea de Huntington.
En el año de 1901 ingresó en dicha institución una mujer de 51 años llamada Augusta D, la cual tenía los síntomas que hoy conocemos como la enfermedad de Alzhéimer. Los primeros síntomas que presentó Augusta D, habían sido perturbadores sentimientos celotípicos hacia su marido; y su cuadro se caracterizaba por delirios, seguido de una pérdida rápida de memoria y acompañada de alucinaciones, desorientación temporal y espacial, paranoia, alteraciones de la conducta y un grave trastorno del lenguaje.
La paciente falleció por una infección debida a las heridas (úlceras por presión o decúbito) que le habían aparecido por estar inmóvil durante mucho tiempo en la cama y por una infección pulmonar.
Esta mujer fue descrita así por el Dr. Alzhéimer de la siguiente manera:
“Ella permanece sentada en la cama con expresión de impotencia. Le pregunto:
¿Cuál es su nombre? Auguste. ¿Y su apellido? Auguste. ¿Y el nombre de su esposo? Auguste, yo pienso. ¿El de su marido? Ah, mi marido (ella mira como si no comprendiera la pregunta). ¿Está usted casada? Con Auguste. ¿Sra. D.? Sí, con Auguste D”.
El cerebro de esta paciente fue estudiado por el Dr. Alzheimer, el cual encontró un número disminuido de neuronas en el córtex cerebral, junto con cúmulos de proteínas, y unos ovillos o filamentos neurofibrilares en el citoplasma de las neuronas. Con ocasión del “37° Encuentro de Psiquiatras del Sureste de Alemania” realizado el 3 de noviembre de 1906, éste presentó el caso de Augusta D., cuya presentación llevaba por título: “Una enfermedad característica del córtex cerebral”.
La descripción neuropatológica completa de esta enfermedad fue publicada al año siguiente (1907) en Allgem Z Psychiatr Psych-Gerich Med. Sin embargo, quien acuñaría definitivamente el término de Enfermedad de Alzhéimer a la demencia presenil, fue el prestigioso psiquiatra alemán Emil Kraepelin, quién en 1910 lo incluyo en la octava edición de su manual de Psiquiatría: Ein Lehrbuch fur Studierende und Artze.2
El segundo caso que describió el Dr. Alzheimer fue en 1911, fecha en la que también aparece una revisión publicada por Solomon Carter Fuller, un americano que había estado trabajando durante unos años con el Dr. Alzheimer en Alemania. La revisión incluía a 13 enfermos con demencia con una edad media de 50 años, y cuya enfermedad se prolongó alrededor de casi siete años.
El segundo caso, hacía referencia a un hombre de 56 años de edad (Johann F.) quien sufrió “demencia presenil” y estuvo hospitalizado en la clínica psiquiátrica de Kraepelin en Múnich por más de 3 años. Quien el 3 de Octubre de 1910, en un examen post-morten del cerebro, mostró la presencia de numerosas placas amiloideas pero no ovillos neurofibrilares en la corteza.
En el año 1912 el Dr. Alzheimer fue nombrado profesor de psiquiatría y director de la clínica de la Universidad de Breslau y falleció en el año de 1915 a la edad de 51 años a causa de una endocarditis.
A finales de los años 90 un grupo de científicos alemanes, pudieron recuperar las preparaciones histológicas originales de Auguste D. y Johann F., los primeros dos pacientes estudiados y descritos por el Dr. Alzheimer, y pudieron reevaluar aspectos neuropatológicos y clínicos reseñados hace casi cien años3.
Por su parte, y después de una búsqueda de años, el neuropatólogo M. Graeber del Instituto Max Planck de Neurobiología en Martinsried logró descubrir además, en un subterráneo de la Universidad de Múnich, más de 250 laminillas con las preparaciones histológicas del cerebro original de Auguste D., lo que permitió realizar un nuevo estudio de los dos cerebros de los primeros pacientes del Dr. Alzhéimer. En dicho estudio pudieron comprobar la presencia de numerosas placas amiloídeas, o “foco miliar” como la llamó el Dr. Alzhéimer, especialmente visibles en las capas corticales superiores y también encontraron una importante formación de ovillos neurofibrilares, descritos por primera vez en un cerebro, lo que viene a representar un caso típico de la enfermedad de Alzhéimer.
Por: Dra. María Nancy Castrillón
Psicóloga
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