Cuando empieza a subir el trabajo y el estrés, ¿sabes que es lo más curioso?
Que tu mente y tu cuerpo no se enfocan en reducirlo…
si no que se vuelven adictos al estrés.
Esto me pasa a mí, a ti, y a toda la gente que acompaño… que se da cuenta de esto cuando profundiza un poco en entender su relación con el estrés.
La historia va a así:
Estás en la oficina o teletrabajando en casa,
y hay miles de emails que responder y tareas por hacer.
Entonces te empiezas a acelerar. Tu mente se empieza a acelerar.
Hay una parte de ti que te dice «deberías darte un descanso, al menos para rendir mejor después»…
pero otra te dice «sigue adelante que estás en racha y así te quitas esto de encima».
El problema es que después de ese «esto», viene otro «esto», y luego otro…y la lista es infinita.
Al final no paras, ni siquiera comes como me contaba el otro día una persona,
y te agotas.
Y tu mente acaba tan acelerada que a la hora de cerrar ya no es capaz de conectarse al descanso o disfrutar de nada más.
En ese punto hay un gran riesgo:
que como tu mente no es capaz de recibir placer (dopamina) con una actividad tranquila, entonces la tentación es volver a trabajar.
Sí, estás muy cansado…
pero al menos seguir trabajando y resolviendo cosas y poniendo tics a la lista de tareas y adelantando, te hará sentir algo dentro del vacío que te ha dejado el agotamiento.
Si esto te pasa un día, no es grave.
Si te pasa dos, tampoco.
Si empiezas a encadenar días…
burnout.
Porque el estrés es adictivo y el trabajo también. Como todas las cosas que nos llenan, la dosis hace el veneno.
El trabajo es un regalo maravilloso de la vida. Puede serlo.
Pero el camino a la cima pasa obligatoriamente por aprender a relacionarte sanamente con tu trabajo y tu estrés: Programa CIMA . www.carloscenalmor.con
Carlos Cenlamor
Psiquiatra
www.carloescenalmor.com
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