EL PERIÓDICO DE LA PSICOLOGÍA. www.elperiodicodelapsicologia.info.30/07/2025.Redacción.Barcelona
El complejo de inferioridad es un concepto introducido por el psicólogo austriaco Alfred Adler, quien lo describió como una sensación profunda y persistente de insuficiencia que puede limitar el desarrollo personal y la capacidad de relacionarse de manera sana con el entorno. Aunque sentir inseguridad en algunos aspectos de la vida es normal, el complejo de inferioridad se caracteriza por una percepción global de “no ser suficiente”, lo que puede afectar la autoestima, la motivación y las relaciones interpersonales.
¿Qué origina el complejo de inferioridad?
La construcción de la autoestima comienza en la infancia y está influida por la interacción con los cuidadores, la escuela y el entorno social. Sin embargo, el complejo de inferioridad puede desarrollarse a lo largo de la vida por la combinación de varios factores:
Experiencias tempranas negativas
Comentarios críticos, desvalorización constante o comparaciones con hermanos o compañeros pueden instalar la creencia de que la persona “no es capaz” o “no es suficiente”. Estas experiencias pueden afectar la construcción de una autoimagen positiva.
Expectativas poco realistas
Un entorno familiar o social donde se sobrevalora la perfección, el rendimiento o la apariencia física puede generar una autoexigencia excesiva. Cuando estas expectativas no se cumplen, surge la sensación de fracaso y la autoevaluación negativa.
Comparaciones sociales
En la actualidad, las redes sociales muestran versiones idealizadas de la vida de los demás, lo que puede reforzar el sentimiento de carencia y aumentar la insatisfacción con uno mismo.
Experiencias de fracaso o rechazo
Eventos dolorosos –como suspender un examen importante, perder un empleo o sufrir una ruptura– pueden reforzar la sensación de no valer lo suficiente, sobre todo si no se cuenta con recursos emocionales para afrontarlos.
Factores de personalidad y aprendizaje
Personas con una alta autoexigencia, perfeccionismo o miedo al rechazo pueden ser más propensas a desarrollar sentimientos de inferioridad, especialmente si su entorno refuerza estas creencias.
¿Cómo reconocerlo?
Algunas señales frecuentes del complejo de inferioridad son:
Sensación constante de no estar a la altura, incluso en situaciones donde sí se tienen capacidades.
Compararse de forma negativa con los demás, centrándose en las propias carencias.
Miedo excesivo a cometer errores y ser juzgado.
Búsqueda de aprobación externa como principal fuente de autoestima.
Evitación de retos por miedo al fracaso.
Consecuencias en la vida diaria
El complejo de inferioridad puede llevar a dos extremos:
Inhibición y pasividad, evitando nuevas experiencias por miedo a fracasar.
Sobrecompensación, intentando demostrar constantemente el propio valor a través de logros o actitudes de superioridad.
En ambos casos, la persona vive atrapada en una lucha interna por sentirse válida y aceptada, lo que puede afectar su bienestar emocional, sus relaciones y sus oportunidades de crecimiento.
Cómo comenzar a superarlo
Superar el complejo de inferioridad implica reconstruir la autoimagen y desarrollar una autoestima más realista y compasiva. Algunas estrategias respaldadas por la psicología son:
Identificar y cuestionar el diálogo interno negativo
La autocrítica excesiva alimenta la inseguridad. Reconocer frases automáticas como “no puedo” o “soy menos que los demás” permite empezar a reemplazarlas por pensamientos más realistas y amables.
Reconocer logros y cualidades personales
Llevar un registro de éxitos, aprendizajes y fortalezas ayuda a equilibrar la visión negativa de uno mismo. Es importante valorar tanto los pequeños pasos como los grandes avances.
Evitar las comparaciones tóxicas
Cada persona tiene un camino único. En lugar de compararse con otros, resulta más sano evaluar el propio progreso respecto a experiencias pasadas.
Desarrollar la autocompasión
Tratarse con amabilidad ante los errores, tal como se haría con un amigo, favorece la resiliencia emocional y la aceptación personal.
Buscar apoyo profesional
La terapia psicológica (como la terapia cognitivo-conductual o el enfoque humanista) ofrece herramientas para identificar y transformar las creencias de inferioridad, así como para sanar heridas emocionales del pasado.
Un mensaje final
El objetivo no es convertirse en alguien “perfecto” o “mejor que los demás”, sino reconocer el propio valor y construir una relación más amable con uno mismo. Todos tenemos fortalezas y áreas de mejora; aprender a aceptarlas y a crecer desde ellas es la verdadera clave para liberarse del peso del complejo de inferioridad.
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