La fosfatidilserina es un complemento alimenticio natural producido a partir de carne de res, ostras y soja, ampliamente disponible en farmacias y tiendas de salud. Se ha demostrado que mejora la cognición y que retrasa la pérdida de memoria, por lo que es un tratamiento de uso frecuente entre personas mayores que experimentan deterioro cognitivo.
Ahora, un equipo dirigido por el profesor Gil Ast y el Dr. Ron Bochner del Departamento de Genética Molecular Humana de la Universidad de Tel Aviv ha descubierto que ese mismo suplemento mejora también el funcionamiento de algunos genes implicados en trastornos degenerativos del cerebro como la enfermedad de Parkinson y la disautonomía familiar.
Los resultados -publicados en la revista Human Molecular Genetic- son muy alentadores, afirma el profesor Ast. “Que nosotros podamos ver tal efecto en el cerebro, muestra que el suplemento puede atravesar la barrera hematoencefálica incluso cuando se administra por vía oral”.
Ralentizar la muerte de células nerviosas
El uso de la fosfatidilserina ya ha sido aprobado como suplemento en la disautonomía familiar, y el profesor Ast y sus colegas investigadores decidieron probar si el mismo producto químico, que se sintetiza de manera natural en el cuerpo y es conocido por aumentar la capacidad de memoria, podría afectar a la mutación genética que conduce a dicha enfermedad.
Los investigadores aplicaron un suplemento derivado de ostras sobre células recogidas de pacientes con disautonomía familiar. Al darse cuenta del efecto tan importante que ejercía sobre los genes, incluyendo un aumento en la producción de proteínas IKAP sanas, a continuación se llevó a cabo un ensayo con el mismo suplemento en modelos de ratón con disautonomía. Estos modelos presentaban la misma mutación genética que causa la enfermedad en los seres humanos.
Los ratones recibieron el suplemento cada dos días, por vía oral y durante un período de tres meses. Posteriormente los investigadores llevaron a cabo un extenso análisis genético para evaluar los resultados del tratamiento. “Hemos encontrado un aumento significativo de la proteína en todos los tejidos del cuerpo”, informa el profesor Ast. “Si bien los suplementos alimenticios no generan células nerviosas nuevas, probablemente retrasan la muerte de las ya existentes”, añade.
“Que el suplemento sea capaz de mejorar el estado del cerebro, incluso cuando se administra por vía oral, es un hallazgo significativo”, señala el profesor Ast. La mayoría de los medicamentos que entran en el cuerpo a través del torrente sanguíneo son incapaces de romper la barrera entre la sangre y el cerebro.
Además, los investigadores afirman que los efectos positivos del suplemento se extienden más allá de la producción de proteínas IKAP sanas. La fosfatidilserina no solo afecta al gen asociado con la disautonomía familiar, sino que también altera a otros 2.400 genes, cientos de los cuales han sido relacionados con la enfermedad de Parkinson.
Los investigadores consideran que el suplemento podría tener un efecto beneficioso sobre un número indeterminado de enfermedades neurodegenerativas, convirtiéndose en un importante potencial en el desarrollo de nuevos medicamentos. FEP.
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