Dr. Carlos Cenalmor. Un Psiquiatra especialista en el Estrés laboral y burnout en la montaña

En este articulo te voy a contar una de las historias más locas de mi vida.
Te lo cuento por el final, pero te tengo que poner bien en contexto para que aprendas una cosa.

Empezamos.
Muchas personas que me piden ayuda ya van a al psicólogo.
Algunas me dicen que se hartaron de psicólogos (las menos) otras que están contentas pero necesitan algo más. (las más).
De hecho, tengo mi propio equipo de psicólogos en mi clínica online para atender problemas de salud mental como ansiedad, depresión, etc.
Pero…
¿Qué es lo que pasa?
Que el estrés laboral y el burnout tienen una forma de funcionar muy especial.
Que solo alguien que se dedique al tema de forma especializada, va a entender bien.
Y sobre todo lo entenderá si lo ha vivido.
Agotamiento.
Falta de ganas, de motivación, de energía.
Irritabilidad.
Desconcentración y hasta fallos de memoria.
Tu mente no deja de dar vueltas a temas del trabajo, a todas tus preocupaciones, sin permitirte disfrutar de tu vida, ni del trabajo tampoco.
Una vocación laboral cargada de ilusión que se va agotando y acaba convirtiéndose en apatía, o peor, en rabia hacia esas personas a las que al principio querías ayudar.
Incluso la sensación de que toda tu vida no está yendo por el camino que deseas, aunque no sabes bien que es lo que falla.
Falla…
¿Tu trabajo?
¿Tu ciudad?
¿Tu propia cabeza?
¿Todo esto te suena?
Yo lo he vivido punto por punto.

Hoy te cuanto la primera lección sobre el estrés laboral y el burnout que aprendí en mi vida.
Probablemente una de las más profundas:
Yo nací en Madrid.
Mis padres se esforzaron por darme una buena educación y como siempre fui muy responsable y perfeccionista -y tenía buena memoria, eso ayuda mucho en nuestro triste sistema educativo-, conseguí entrar en una de las mejores facultades de medicina de España: la de la Universidad Autónoma de Madrid.

Allí comenzaron mis primeros síntomas de burnout.
La carrera era exigente y tenía que encerrarme a estudiar en una biblioteca unos 3-4 meses de los 12 que tiene el año.
Para poder aprobar sin pena ni gloria.
Y ese era el problema: sin pena ni gloria.
Aunque no me costaba mucho aprobar, yo estaba acostumbrado a buscar la excelencia y a disfrutar lo que estudiaba.
Pero en la carrera no disfruté apenas.
Nadie se preocupó de que lo hiciera.
En ese momento sentía que mi vocación no podía ser la medicina,
porque yo había entrado allí para poner mis conocimientos al servicio de las personas.
Y allí había muchos conocimientos -en general mal explicados y sin espíritu docente- pero nadie hablaba de las personas.
Eso me hizo sentirme en el lugar equivocado durante años. Aunque no sabía por qué.
Simplemente estaba desmotivado, desconectado y no entendía el motivo.

Estaba aprendiendo esa primera lección: nuestro trabajo tiene que conllevar un disfrute, una recompensa emocional.
Y si no lo hace, incluso aunque sea poco exigente…podemos desmotivarnos y acabar igualmente en burnout.

Finalmente, un profesor alguien que fue para mí un maestro uno de los pocos que hablaban sobre las inquietudes personales del médico en la facultad me transmitió una visión de la medicina mucho más humana y cercana, algo que yo sin saber buscaba.

De hecho, era una visión espiritual, una visión que trascendía mi propia vida y me conectaba con todas las personas
que a lo largo de la historia humana se habían sentado junto a alguien que sufría para ayudarle.

Yo quería unirme a esa corriente que recorría todos los siglos
Y gracias a eso…
vi que después de todo no me había equivocado.
La medicina era lo mío. Claramente.
Y así conseguí conectar con mi propósito: ayudar a las personas a través de la medicina y en concreto, a través de la comprensión del funcionamiento de la mente.

Y con ello superé esa primera etapa de burnout laboral -estudiantil en este caso, pero es lo mismo-.
De hecho no solo la superé, sino que empecé a ayudar a otras personas a superarlo.

Todavía recuerdo el día que se me fue del todo la cabeza… estaba poseído por el entusiasmo y me puse a recoger firmas de compañeros en la facultad para pedir que se humanizaran más los contenidos que nos enseñaban.
Ese día le pedí permiso a un profesor que había reunido a toda la promoción para unas clases especiales (más de 200 jóvenes que me miraban raro) y delante de ellos solté un discurso sobre el amor a las personas, la vocación, y la sabiduría real del médico.

Aún no entiendo como el Carlos de 23 años tuvo valor para hacer eso.

Al poco tiempo se creaban, con el apoyo del decano y lideradas por mí,
las Jornadas de la Vocación Médica.

Un espacio donde ayudamos a muchos estudiantes a reconciliarse con la medicina.
Parece «casualidad» que ahora mi trabajo sea ayudar a personas de cualquier profesión a reconciliarse con su trabajo, consigo mismos y con la vida.

Ya estaba preparado para el segundo reto que iba a ser mucho más duro: la entrada en el mundo laboral.

To be continued…

PD: Si quieres que yo y mi equipo te ayudemos personalmente a eliminar el estrés laboral o el burnout de tu vida: aquí toda la información sobre mi método CIMA y las instrucciones a seguir para solicitar el servicio.
Doctor Carlos Cenalmor
Psiquiatra y Psicoterapeuta
Especialista en Estrés laboral y Burnout
carloscenalmor.com

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