Hoy en lugar de hablar yo, me gustaría que leyeras a una persona que recibe estos emails.
Me escribió un mensaje hace unos días, que no pude evitar compartir con mi familia a los pocos minutos.
Ahora lo entenderás:
«Mi nombre es ******:
Hace ya un tiempo contacté contigo porque estaba interesada en el programa Cima pero por incompatibilidad familiar/conciliación no puedo asistir los lunes por la tarde.
Esperando a que llegue el momento he realizado dos de tus cursos, el último «Verano Eterno».
Solo quiero decirte que, a pesar de no conocerme ni saber mi historia, me has cambiado la vida y no puedo estárter más agradecida.
Llegué a ti por casualidad. La verdad es que no me acuerdo muy bien como te encontré pero supongo que fue en mi momento álgido de burnout donde me vi desbordada por la situación y busqué ayuda en la web.
Desde ese día, hace ya más de un año, emprendí un camino de «no retorno» hacia una vida mejor a la que he llevado desde el momento en que entré la Universidad.
Soy médico especialista en Cardiología. Una estudiante de matrícula, una residente sin igual y una adjunta querida por todos. A demás, doctora Cum Laude por la Universidad de Barcelona.
O sea, cualquiera pudiera pensar que he llegado casi a la cumbre de los que muchos médicos piensan que sería el éxito profesional.
Pues nada más lejos de la realidad.
Creo que el burnout me empezó ya durante la carrera, así que imagina el «carrerón» de estrés crónico que llevo… Que te voy a contar.
No era feliz pero, quizás debido a esa inercia que nos impulsa a seguir las normas o lo que se considera que debemos hacer, estaba completamente desconectada de mí.
Con tus emails diarios, tus cursos y tu voz con tus palabras me he visto capaz y valiente para tomar la decisión de dejar mi puesto de trabajo en un hospital público y empezar a trabajar por cuenta propia en mi consulta.
A mi ritmo, atendiendo como creo que se merecen los pacientes, sin presiones, sin envidias ni competitividad. Todo esto a la espera de poder conocerme un poco más y quizás avanzar por algún otro camino.
He vuelto a hacer deporte y a leer, mucho. He conectado de verdad con mi familia, incluso con mis mascotas.
Este ha sido el primer verano de muchos donde he notado que el paso de los días era más lento, para bien.
Parece mentira como se puede escapar la vida cuando estás en ese bucle. Así que solo puedo agradecerte que me hayas dado el empujón para salir de la rueda de hamster.
Ojalá pudiera dártelas en persona y poder charlar.
Felicidades por tu trabajo!!»
Agradecerte de nuevo que me hayas dado permiso para compartir este email, que creo que puede ser muy iluminador.
Si una transformación así puede suceder solo leyendo estos emails …
¿Qué crees que experimenta la gente con el programa CIMA?
Nos vemos dentro. www.carloscanalmor.com
Dr. Carlos Cenalmor
Pciquiatra
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