Inteligencia Artificial, una mirada positiva y consciente para la Salud Mental

A estas alturas, la mayoría de nosotros somos conscientes de la dualidad de la “inteligencia artificial”, mejor dicho, de sus aplicaciones. Una vez más, la humanidad y sus desarrollos tecnológicos, desde la rueda, nos confronta ante “lo bueno y lo malo”, en este caso, con la mirada más positiva, queremos compartir las siguientes reflexiones.

No podemos ignorar los riesgos inherentes al avance de la inteligencia artificial, especialmente en lo que respecta a la salud mental. El aumento de la dependencia digital, la pérdida de empleos en ciertos sectores y la creciente soledad asociada con la vida online son solo algunos de los peligros que podrían afectar gravemente a la salud emocional, especialmente en personas más vulnerables.

Sin embargo, a pesar de estos escenarios,, la IA también supone un enorme potencial para transformar positivamente la salud física y emocional. ¿Qué te parece si nos enfocaremos en los beneficios que esta tecnología emergente ya está brindando en el campo de la salud mental?

La realidad virtual como herramienta para la gestión del dolor y la ansiedad

Un claro ejemplo de cómo la IA y la tecnología pueden impactar la salud mental de manera positiva es el uso de la realidad virtual (VR) en pacientes hospitalizados durante largos periodos. Diversos estudios han demostrado que el uso de gafas de realidad virtual para recrear paisajes naturales y ambientes relajantes puede “engañar” al cerebro, generando una sensación de bienestar similar a la que experimentaríamos en la naturaleza real. Esta técnica puede aumentar la liberación de serotonina y endorfinas, las llamadas «hormonas de la felicidad», que ayudan a reducir la percepción del dolor y aliviar el estrés y la ansiedad.

En un estudio publicado en el Journal of Medical Internet Research, se encontró que los pacientes que utilizaron la realidad virtual para relajarse reportaron una disminución significativa en su nivel de ansiedad y estrés durante la hospitalización, lo que demuestra el potencial de esta tecnología para mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan largos tratamientos médicos.

Seguimiento del bienestar emocional mediante la IA

La IA está comenzando a jugar un papel importante en la detección temprana de trastornos mentales. Mediante tests, análisis de patrones de lenguaje, expresión facial o actividad en redes sociales, la IA puede detectar cambios sutiles en el comportamiento que podrían indicar depresión o ansiedad. Por ejemplo, algunos algoritmos analizan el tono de voz para detectar tristeza o estrés en conversaciones diarias, lo que podría alertar a los profesionales de la salud mental antes de que el problema se agrave.

Además, empresas como Mindstrong están utilizando la IA para analizar el comportamiento en los smartphones de los usuarios con el fin de identificar episodios depresivos antes de que se manifiesten de manera crítica. Este tipo de tecnología promete una intervención más temprana y efectiva.

Mindfulness: Entrenamiento para una “mente saludable”

Ya es una realidad, que aplicaciones con tecnología IA, dedicadas al mindfulness,, utilizan algoritmos para adaptar sesiones de meditación guiada a las necesidades individuales de los usuarios. Estas plataformas aprenden del comportamiento del usuario y ajustan sus sugerencias para promover la calma, la reducción del estrés y la regulación emocional. La repetición de estos ejercicios puede contribuit a generar neuroplasticidad, lo que permite a las personas ser más resilientes ante el estrés diario.

Un estudio del American Psychological Association demostró que el uso regular de aplicaciones de mindfulness guiadas por IA puede tener efectos duraderos en la mejora del bienestar emocional y la reducción de la ansiedad, algo crucial en la gestión de la vida moderna.

¿Cómo hacer que todo esto sea “beneficioso” para las personas?

En primer lugar, con precaución. Si bien la inteligencia artificial presenta algunos riesgos para la salud mental, su potencial para mejorar el bienestar emocional y físico es inmenso. Desde la realidad virtual , los chatbots terapéuticos y el monitoreo avanzado de la salud, la IA está transformando la manera en que gestionamos nuestras emociones y nuestro cuerpo.

Lo más importante: el factor humano, la mirada “ético”

A medida que esta tecnología sigue evolucionando, es crucial para todos que mantengamos un enfoque consciente y ético para asegurarnos de que los beneficios superen los riesgos, y que todas las personas, sin importar su contexto, puedan acceder a estos avances en su máximo potencial.

Gracias.
Sandra Gali

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