Relaciones que curan

“Al final del día, lo que me salvó fue el amor de los que no se fueron”
Por El Periódico de la Psicología

El estudio más largo sobre felicidad —dirigido por Harvard durante más de 85 años— concluye que la calidad de nuestras relaciones es el mayor predictor de una vida larga y plena. Pero ¿qué significa esto en la experiencia concreta de alguien que ha transitado el dolor, la soledad y la reconstrucción emocional?

Hoy entrevistamos a Lucía Herrera, psicóloga clínica y escritora, quien después de atravesar una profunda crisis personal, descubrió que las relaciones verdaderas no solo sanan: transforman.

“Creía que podía sola… hasta que ya no pude”
P: Lucía, ¿qué fue lo que te llevó a redescubrir el valor de los vínculos en tu propia vida?
Lucía: Fue una etapa muy dura. Perdí a mi madre en plena pandemia, me separé meses después y, como si fuera poco, cerré mi consulta por agotamiento. Me sentía vacía, funcional… pero muerta por dentro. Y lo más triste es que había normalizado esa soledad. Creía que podía sola. Hasta que un día, simplemente, ya no pude más.
“Una amiga me llamó cada día durante un mes”
P: ¿Qué sucedió entonces?
Lucía: Fue una amiga de la infancia, Clara. Sin preguntarme nada, empezó a llamarme todos los días. A veces hablábamos, otras solo escuchaba mi silencio. Me enviaba audios con cuentos, con música, con tonterías. No se fue. Y eso fue una grieta en mi caparazón.
Lo mismo hizo mi padre, que no es precisamente emocional. Me mandaba mensajes con frases como: “No sé qué decirte, pero aquí estoy”. Esos vínculos —imperfectos, persistentes, humanos— me dieron un nuevo punto de partida. Me mostraron que no estamos hechos para atravesar la vida solos.
Lo que dice la ciencia
Los hallazgos del Harvard Study of Adult Development respaldan el testimonio de Lucía. Según el Dr. Robert Waldinger, director del estudio:
“Las relaciones cercanas, más que el dinero o la fama, mantienen a las personas felices a lo largo de su vida. Esas conexiones protegen del malestar emocional y físico, y retrasan el deterioro mental.”
Otros estudios recientes han demostrado que incluso el bienestar emocional de la pareja puede influir positivamente en tu salud, reduciendo el estrés fisiológico (Universidad de California – Davis, 2024).
“Me hice la promesa de amar mejor”
P: ¿Qué cambió en ti después de esa experiencia?
Lucía: Me hice una promesa: no seguir viviendo como si el amor fuera un lujo. El amor —el de verdad, el que se construye— es un acto de salud mental. Ahora llamo más, abrazo más, escucho sin prisa. Invertir tiempo en quienes amo es mi forma de prevenir recaídas emocionales.
Y también pido ayuda. Esa ha sido una gran lección: las relaciones sanan cuando dejamos de fingir que no las necesitamos.

¿Qué puedes hacer tú?
Reconecta con alguien que valoras y has dejado de lado por la rutina.
Practica la gratitud: un mensaje sincero puede cambiar un día (o una vida).
Sé honesto con tu necesidad de afecto. No es debilidad: es humanidad.
Haz espacio para cuidar y dejarte cuidar.

“Podemos tener éxito, metas, estabilidad… pero sin relaciones auténticas, algo esencial nos falta. Las relaciones no solo curan heridas: a veces, nos devuelven a la vida.” —Lucía Herrera

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