EL PERIÓDICO DE LA PSICOLOGÍA. Redacción.
El vaginismo es una disfunción sexual femenina que afecta a muchas mujeres, pero de la que se habla poco. Se caracteriza por la contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina, lo que dificulta o imposibilita la penetración vaginal durante las relaciones sexuales, la colocación de tampones o la realización de exámenes ginecológicos.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas principales son:
Dolor intenso o ardor al intentar la penetración.
Dificultad o imposibilidad para mantener relaciones sexuales con penetración.
Ansiedad o miedo anticipatorio ante la idea de la penetración.
El vaginismo puede ser primario (cuando nunca se ha podido tener penetración) o secundario (aparece después de un tiempo en el que la penetración era posible).
Causas posibles
El origen del vaginismo suele ser multifactorial:
Experiencias sexuales dolorosas o traumáticas.
Miedo al dolor, al embarazo o a la sexualidad.
Estrés, ansiedad o educación sexual restrictiva.
Dolor pélvico crónico o infecciones vaginales recurrentes.
Problemas de pareja o antecedentes de abuso.
Un problema con solución
Aunque puede generar sentimientos de frustración, vergüenza o incomprensión, el vaginismo tiene tratamiento.
El abordaje suele ser multidisciplinar:
Educación sexual y terapia psicológica (especialmente terapia sexual o terapia cognitivo-conductual).
Ejercicios de relajación y desensibilización progresiva con dilatadores vaginales.
Fisioterapia del suelo pélvico, para aprender a relajar los músculos vaginales.
Trabajo en pareja, enfocado en la comunicación, la confianza y la disminución de la presión.
El aspecto emocional
El vaginismo no solo afecta a la vida sexual, sino también a la autoestima y a la relación de pareja. Por eso, acompañar el tratamiento con espacios de expresión emocional, como la escritura terapéutica, puede ayudar a reducir la ansiedad, comprender los miedos y mejorar la conexión con el propio cuerpo.
Ejercicios breves de escritura terapéutica
Carta a mi cuerpo
Escribe una carta dirigida a tu cuerpo, agradeciéndole todo lo que hace por ti. Después, pregúntale qué necesita para sentirse cuidado y seguro.
Lo que siento y no digo Dedica 10 minutos a escribir libremente sobre todo lo que te preocupa o te avergüenza respecto a la sexualidad o la penetración. No lo releas de inmediato: solo deja salir los pensamientos.
Reescribir mi historia sexual
Imagina cómo sería tu vida sexual si no existiera el miedo ni el dolor. Escribe un relato en primera persona en el que te sientas libre, segura y conectada con tu cuerpo.
Recuerda:
El vaginismo no es tu culpa, ni define tu valor como mujer. Es una condición tratable y, con apoyo profesional y paciencia, la recuperación es posible.
Si te sientes identificada con lo que has leído, no dudes en consultar con un especialista en salud sexual o terapia de pareja. Buscar ayuda es un acto de autocuidado y valentía.
EL PERIÓDICO DE LA PSICOLOGÍA – www.elperiodicodelapsicologia.info – info@elperiodicodelapsicologia.info – Barcelona –
ISSN 2696-0850 – Teléfono: +34 675763503 – Humanistas