Científicos encuentran plásticos ambientales en cerebros humanos

Las investigaciones revelan que los plásticos se están acumulando en el cerebro humano y que las concentraciones en la corteza frontal aumentan más del 50%.
Relevancia clínica: Una nueva investigación sugiere que los micro y nanoplásticos (MNP), se están acumulando en los cerebros humanos, particularmente en la corteza frontal, con concentraciones que aumentaron más del 50% entre 2016 y 2024.

El estudio, que utilizó técnicas avanzadas como la microscopía electrónica de transmisión, identificó al polietileno como el más prevalente, especialmente en el tejido cerebral.
Los hallazgos plantean inquietudes sobre los riesgos para la salud de la exposición a largo plazo al MNP, vinculándolo potencialmente con inflamación, problemas cardiovasculares y trastornos neurológicos.
Los investigadores instan a que se realicen más investigaciones sobre los efectos de los MNP en la salud y subrayan la necesidad de abordar este creciente problema.
Un nuevo artículo de investigación preliminar sostiene que los plásticos no solo han llegado al tejido humano, sino que también están empezando a invadir nuestro cerebro.

El artículo, que aún está pendiente de revisión, detalla los esfuerzos de los investigadores en el trabajo con técnicas avanzadas de cromatografía de gases de pirólisis-espectrometría de masas (Py-GC/MS) para medir la acumulación de micro y nanoplásticos (MNP) en órganos humanos. El equipo encontró un aumento sorprendente de partículas plásticas en el cerebro, el hígado y los riñones.

Una sorpresa sorprendente
Los investigadores de la Universidad de Nuevo México trabajaron con muestras de autopsias extraídas de la Oficina del Investigador Médico en Albuquerque en 2016 y nuevamente en 2024. El equipo buscó identificar y cuantificar una docena de polímeros específicos en las muestras de tejido humano.

Los resultados mostraron que el cerebro, más específicamente la corteza frontal, mostró las mayores concentraciones de MNP en comparación con el hígado y los riñones. Peor aún, los niveles de plástico en el cerebro aumentaron más del 50% entre 2016 y 2024.

El polietileno, un polímero común, planteó el mayor problema: los investigadores lo encontraron en todos los materiales estudiados, más que cualquier otro plástico. Pero lo encontraron con mucha más frecuencia en las muestras de cerebro. La microscopía electrónica de transmisión corroboró los hallazgos del estudio al verificar la presencia de partículas de plástico a escala nanométrica, que normalmente aparecen como restos similares a fragmentos.

Explorando las implicaciones de los plásticos
Estos resultados plantean preguntas sobre los riesgos para la salud asociados a la exposición a largo plazo a estas plagas de plástico.

Si bien los científicos aún se preguntan cómo las MNP llegan al cuerpo humano y se propagan por todo el organismo, esto pone de relieve la necesidad de realizar una investigación más exhaustiva sobre los posibles problemas de salud involucrados.

Este proyecto de investigación se suma a un conjunto cada vez mayor de evidencias que sugieren que las MNP, que pueden tener un tamaño de entre 500 micrómetros y 1 nanómetro, son prácticamente omnipresentes en el entorno actual.

Estudios anteriores han vinculado las MNP con múltiples problemas de salud, como el aumento de la inflamación y los riesgos cardiovasculares, especialmente cuando comienzan a acumularse en las arterias. Pero este último estudio parece ser el primero en demostrar las concentraciones de MNP en los cerebros humanos y la rapidez con la que se acumulan.

Los autores del estudio piden que se realicen más investigaciones para explorar los efectos a largo plazo de los MNP en nuestra salud y si desempeñan un papel en enfermedades neurológicas como la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia . El paralelismo entre el aumento vertiginoso de las concentraciones de MNP y la creciente prevalencia de estas enfermedades merece una mayor investigación.

A medida que aumenta la producción mundial de plásticos, también aumenta nuestra exposición a ellos.
Esta investigación, sostienen los autores, debería servir como un duro recordatorio de la necesidad de abordar el creciente problema de la contaminación por plásticos y cómo amenaza nuestra salud.

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